Assassin’s Creed IV: Black Flag (2013)
Piratas del Animus.
Tras la muerte de Desmond Miles, Industrias Abstergo ha recogido ciertas muestras tomadas del cadáver del malogrado Asesino; material que ha permitido seguir explorando sus memorias genéticas, utilizando las recién descubiertas habilidades del “Animus” en el campo de la computación en nube. En el presente, nos ponemos en la piel de un empleado anónimo de Abstergo Entertainment, contratado para revivir los recuerdos de Edward Kenway, pirata del siglo XVIII, padre de Haytham Kenway y abuelo de Connor, los protagonistas del “Assassin’s Creed III”. Nuestro trabajo parece sencillo: reunir material para realizar un largometraje interactivo, utilizando para ello el Animus. Pero en realidad, Abstergo y los templarios están buscando el “Observatorio”, una estructura construida por los “Precursores” que permite al usuario ver a través de los ojos de cualquier persona del mundo, necesitando para ello un poco de la sangre del sujeto en cuestión. Spoilers.
Paralelamente, Edward Kenway se ve involucrado, sin saberlo, en su complot magistral cuando mata a un mezquino Asesino, asumiendo su identidad. Así pues, deberá desentrañar una conspiración entre los templarios de más alto rango dentro de los imperios británico, español y francés que, con el pretexto de acabar con la piratería en el Caribe, no dudan en utilizar todos sus recursos para encontrar al “Sabio” (sujeto que atiende al nombre de Bartholomew Roberts), el único hombre que les puede conducir al Observatorio. Por supuesto, los templarios tienen la intención de utilizar tan interesarte lugar para espiar y chantajear a los líderes mundiales, aumentando de esta forma su poder e influencia.
Como no podía ser de otra forma, las alocadas tropelías de Kenway ponen en peligro a la Orden de los Asesinos, mientras unos y otros tratan de dar alcance al Sabio, recorriendo desde la Península de Yucatán a la ciudad de Príncipe, incluso adentrándose en el Atlántico, hasta la costa africana. Por otro lado, un grupo de notables piratas, entre los que destacan Edward Thatch (Barbanegra), Benjamin Hornigold y Charles Vane, sueña con un estado en el que el hombre sea libre de vivir lejos del alcance de los reyes y gobernantes. Esta utopía, de la que participa Kenway asumiendo un papel fundamental, es una atrevida “República Pirata” que establece su capital en la colonia británica de Nassau. El mal gobierno y la enfermedad pondrán en jaque a este sueño caribeño.
El control del Caribe está en juego. Los templarios cierran el cerco. Una vez que Roberts lleva a Kenway a la ubicación del Observatorio, los acontecimientos se disparan. Kenway acaba en la cárcel acusado de delitos de piratería, después de sufrir la traición de Roberts. Más tarde consigue escapar con la ayuda de Ah Tabai, el Maestro Asesino Maya y decide unirse a su Orden, para hacer frente a la amenaza que supone el poder del Observatorio, ahora en las manos incorrectas. De vuelta a la actualidad, contactaremos con John, el administrador de tecnologías de la información de Abstergo Entertainment, este nos pondrá tras la pista de Juno, que se materializa en el corazón mismo del Animus. A pesar de que era completamente necesario abrir su templo para evitar el desastre, el mundo aún no está preparado para su advenimiento. Tendremos que infiltrarnos aún más profundo en Abstergo para descubrir nuevas respuestas.
La saga “Assassin’s Creed” podría haber concluido, de manera más que acertada, tras los hechos narrados al final de su tercera entrega. Después de la muerte de Desmond Miles, la trama de los Precursores quedaba resuelta, y el mundo, presumiblemente, a salvo. Pero es de una ingenuidad infinita creer que Ubisoft va a dejar tranquila a su gallina de los huevos de oro. Aquí tenemos otra entrega, otro giro argumental que se articula como entretenida coartada destinada a seguir exprimiendo la guerra entre Templarios y Asesinos. El cambio de escenario se agradece, las batallas navales, el ambiente caribeño y la recreación del s. XVIII son valores fundamentales de este sandbox que transita por playas de arena blanca, junglas enmarañadas y mares de aguas cristalinas; el toque de aventura pirata supone una acertada novedad dentro de la saga. Aunque el jugador habitual reconocerá enseguida las mecánicas de juego, la reiteración en situaciones, misiones y combates, el diseño de las ciudades… El deja vu es constante. Incluso el abuso de las novedosas batallas navales acaba por resultar realmente molesto.
“Assassin’s Creed IV: Black Flag” ofrece un modo de juego muy sólido, gracias a la experiencia recabada en las cinco entregas precedentes. Ni rastro de bugs en este título, Ubisoft ha tomado buena nota de los habituales fallos aparecidos en los juegos anteriores. El apartado técnico es notable; por supuesto, las versiones de PS4 y Xbox One lucen mucho más espectaculares que las de PS3 y 360. La nueva generación de consolas se abre paso y, a pesar de ser este un producto intergeneracional, la potencia gráfica de las nuevas máquinas le da una imagen de contundencia visual a esta propuesta. Parkour por la selva virgen, piratería, pillajes y muchos gritos de ¡al abordaje!, ron y tesoros, el choque de dos espadas, todo ello unido a la mitología previa de la saga, hacen de este “Black Flag” una aventuras redonda, repleta de diversión, capaz de hacernos sentir la brisa del mar, la arena en los pies y el salitre incordiando en nuestras heridas.
Manu Castro
@ManuCastroLSO
(12-05-2016)
• Lo mejor: El ambiente pirata de la aventura, magnífico.
• Lo peor: La habitual repetición en la mecánica de juego.
Título Original: Assassin’s Creed IV: Black Flag | Género: Acción / Aventuras | Nacionalidad: Canadá / Bulgaria / Francia / Singapur / Ucrania | Director: Ashraf Ismail | Actores: Nolan North, Sarah Greene, Ralph Ineson | Productor: Martin Schelling, Sylvain Trottier | Guión: Jean Guesdon, Mustapha Mahrach | Música: Christian Henson, Joe Henson, Alexis Smith, Brian Tyler | Plataforma: PlayStation3, PlayStation4, Xbox360, Xbox One, PC | Desarrollador: Ubisoft
Sinopsis: “Assassin’s Creed IV: Black Flag” narra la historia de Edward Kenway, un joven británico que no tiene miedo al peligro ni a la aventura y se enlista en la Armada británica a bordo de un buque corsario. La guerra de los principales reinos llega a su fin y Edward, pirata incondicional y luchador experimentado, no tardará en sumergirse en la antigua guerra entre assassins y templarios. El juego se desarrolla a comienzos del siglo XVIII y enfrenta a los piratas más conocidos de la historia como Barbanegra y Charles Vane. Sumérgete en un interesante viaje a las islas del Caribe durante una de las épocas más turbulentas y duras que más tarde sería conocida como la Edad de Oro de la piratería.
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