Han Solo: Una Historia de Star Wars (2018)
Han disparó primero.
Cuando a George Lucas le entró la venada digital y se puso a retocar como un loco la trilogía original de “La Guerra de las Galaxias”, alteró una de las escenas más icónicas de la franquicia: nada menos que la presentación de Han Solo. En el interior de la cantina de Mos Eisley, tras la negociación con Obi-Wan Kenobi y Luke Skywalker (con aquella inolvidable melodía sonando de fondo), Solo es abordado por un belicoso rodiano llamado Greedo. Conocéis el contexto. El caza recompensas verde tiene la intención de quedarse el dinero que Han adeuda a Jabba el Hutt, lo que supone liquidar al atractivo contrabandista. Sentados uno frente al otro, mantienen una tensa discusión, con Greedo apuntando en todo momento a Han con su bláster. Durante la conversación, Han prepara su pistola bajo la mesa. “Llevo mucho tiempo esperando este momento”, dice Greedo. “Sí, y yo también”, responde Solo. En la versión original de la película (la estrenada en cines en 1977), Han dispara a Greedo y este muere sin poder usar su arma (eso parece, al menos). La escena fue modificada en la edición especial lanzada en 1997, para presentar a Han usando su arma en respuesta al ataque de Greedo, que falla un disparo a quemarropa a menos de dos metros de distancia, el muy mamón. La intención de Lucas, que siempre ha defendido que “Greedo disparó primero”, era evitar que el público percibiera a Solo como un asesino a sangre fría. En la versión DVD de 2004, la controvertida escena fue alterada una vez más. En esta ocasión, Greedo vuelve a disparar antes de que Han lo haga, fallando a corta distancia, pero el tiempo se ve alterado, ya que los dos disparos se producen casi a la par y vemos como Han “esquiva” el fuego. Parece que el antiguo propietario de Lucasfilm no concibe que un tipo criado en los bajos fondos de la galaxia, entre gánsteres y maleantes, tenga arrestos suficientes para liquidar a cualquier mindundi que amenace su vida.
“Han Solo: Una Historia de Star Wars” viene a resolver esta y otras dudas en torno al contrabandista más caradura de una galaxia muy, muy lejana. Y por lo que nos cuentan Lawrence y Jonathan Kasdan (autores del guión), queda claro que Solo, efectivamente, disparó primero. Kasdan padre, responsable de los libretos de “El Imperio Contraataca” (1980), “El Retorno del Jedi” (1980) y “El Despertar de la Fuerza” nada menos, nos invita –con la ayuda de su hijo Jonathan– a presenciar los orígenes de un personaje fundamental en la saga galáctica. Esto supone ver en pantalla (casi) todo lo que un día imaginamos, incluso aquello que sólo se citó de pasada. En mi caso, desde que no era más que una larva he querido ver cómo Han y Chewie, a bordo del Halcón Milenario, se marcaban el Corredor de Kessel en 12 parsecs… Bueno, pues ya lo he visto, y… ¡madre mía! Esa trepidante secuencia, reflejo de un film que no da tregua al espectador, condensa todo el carisma de una trama y unos personajes formidables. Así se formula la génesis de un mito. “Solo” es vitamina para el fan entusiasta y no reniega de tal condición en ningún momento. La absoluta honestidad de su planteamiento se entrega a la aventura desde el primer minuto, siguiendo el sendero de la línea narrativa clásica, casi siempre fiel al canon, para ofrecer un divertimento tan nostálgico como eficaz (no podía ser de otra firma en este caso). Ron Howard, en su condición de perro viejo de la industria (este tipo no ha venido a terminar la película, ha venido a hacerla suya), se alía con los Kasdan, y juntos se sirven de los esquemas básicos del western para forjar la identidad de un film que arranca en Corellia, en los lúgubres astilleros imperiales. En aquel apartado rincón de la galaxia, en los arrabales del Imperio, hogar de parias y desarrapados, surge Han. Su cuna es un lugar donde no hay cabida para la épica de los Jedi, los misterios de la Fuerza y la grandilocuencia de la flota estelar. Esta historia nos descubre nuevos caminos.
Al calor de una fogata, una banda de forajidos prepara el asalto a un tren. Más tarde asistimos al robo en una mina de “oro”. No faltan los duelos ni las partidas de cartas. Tampoco una generosa ración de traiciones. Todo rezuma un aroma más propio del cine del Oeste que de una space opera. La fusión de conceptos funciona, y entre visitas a mundos asombrosos y saltos a la velocidad de la luz, observamos cómo Han (un estupendo Alden Ehrenreich) modela su carácter a través de las interacciones con el resto del reparto. Su vena romántica surge de la relación con Qi’Ra (rotunda Emilia Clarke); a la sombra de Beckett (interpretado por el siempre brillante Woody Harrelson) aprende sus aires canallas; de Chewbacca, por supuesto, el sentido de la lealtad y el valor de la amistad. Y luego están Lando Calrissian (Donald Glover es, a falta de un término más apropiado, maravilloso) y la subversiva androide L3-37 (a la que presta su voz Phoebe Waller-Bridge). Esta dupla, que rezuma entusiasmo y espíritu aventurero, le da otro sentido a la expresión “la vida es juego”. Estructurada alrededor de estos encuentros y con el combustible que le proporcionan un par de set pieces abrumadoras (la secuencia del tren es puro espectáculo), “Solo” despliega una narración más oscura y expeditiva de lo esperado, que nos devuelve al pasado de la saga; justo ahora, cuando apenas han pasado seis meses del estreno de “Los Últimos Jedi”, la película que ha dejado atrás tantas cosas, incluida la omnipresente figura del padre. En el espacio surgido entre la chispa de una nueva esperanza que vimos en “Rogue One” y el impredecible futuro del “Episodio IX”, navega este Halcón Milenario, tomando buena nota de todo. Al igual que Rian Johnson, Ron Howard acaba negando al progenitor, y no sólo en lo concerniente a Lucas (sobre disparar primero o no), sino aniquilando físicamente ese atisbo de figura paterna en la escena clave de este film: la confrontación donde se termina de fraguar el truhan que un día será congelado en carbonita –por cierto, parece que la siguiente “A Star Wars Story” será “Boba Fett”–. Porque los hijos han de volar libres.
Manu Castro
@ManuCastroLSO
(31-05-2018)
• Lo mejor: Ese primer abrazo entre Han y Lando. La partitura de John Powell. Spoiler. Los cameos, en especial el del zabrak de Dathomir.
• Lo peor: Le dan poca cancha a Paul Bettany.
¿Sabías que…? La acción tiene lugar diez años antes de “La Guerra de las Galaxias”, y siete antes de la serie “Star Wars: Rebels”; es decir, la aventura transcurre en el año 10 aBY (antes de la Batalla de Yavin), atendiendo a la cronología de “Star Wars”.
Título Original: Solo: A Star Wars Story | Género: Acción / Aventuras / Fantástico / Ciencia Ficción | Nacionalidad: USA | Director: Ron Howard | Actores: Alden Ehrenreich, Woody Harrelson, Emilia Clarke | Productor: Simon Emanuel, Kathleen Kennedy, Allison Shearmur | Guión: Jonathan Kasdan, Lawrence Kasdan, George Lucas | Fotografía: Bradford Young | Música: John Powell | Montaje: Pietro Scalia
Sinopsis: Comienza una nueva aventura por una galaxia muy, muy lejana. En este viaje conoceremos al bribón más querido de la galaxia. Después de varias atrevidas huidas desde lo más oscuro y profundo de los bajos fondos criminales, Han Solo (Alden Ehrenreich) conoce a Chewbacca (Joonas Suotamo), un peludo, robusto y entrañable wookiee que será su copiloto en el Halcón Milenario. En esta nueva aventura sobre los orígenes del contrabandista, Han Solo también conocerá al famoso jugador Lando Calrissian (Donald Glover). Juntos iniciarán un viaje que encauzará a uno de los héroes más inesperados de la saga “Star Wars”.
Último visionado: 31/05/2018 (Cine) | 02/01/2022 (4K) | 03/10/2024 (Blu-Ray)