Mad Max II: El Guerrero de la Carretera (1981)

Publicado por La Sala Oscura el 15/01/2017 en Cine | 0 comentarios

Locura y sed.

Tras agotarse las reservas mundiales de petróleo, se desata una guerra entre dos poderosas tribus del norte. La predicha aniquilación mutua asegurada de los Estados Unidos y la Unión Soviética ha transformado el planeta en una pesadilla posapocalíptica donde la sociedad civilizada da paso a la violencia desatada de un mundo sin Ley. Con un presupuesto sensiblemente superior a la primera parte, “Mad Max 2” sigue los pasos de un cada vez más destruido Max. El personaje interpretado por Mel Gibson buscará la redención ayudando a un grupo de personas que sobreviven en el páramo, expuestas a una banda de salvajes motoristas que desean controlar la gasolina que estos poseen. Siendo el último reducto de orden y sociedad humana, esta pequeña comunidad intentará huir en busca de un futuro en paz. Mucho más espectacular que su predecesora, el film de George Miller vuelve a ser una ciencia-ficción original, violenta y visualmente impactante, sobre todo en la extenuante persecución final; derroche técnico, de acción desmedida y ritmo vertiginoso.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(21-02-2002)

• Lo mejor: La persecución con la que culmina el relato.
• Lo peor: Nos quedamos con ganas de más.

Sinopsis: En los anales del cine de acción pocas películas pueden compararse con “Mad Max 2”, una historia épica de máxima acción que te transporta a un paisaje de ensueño donde un futuro posnuclear confluye con un pasado mitológico. “Mad Max 2” es también una proeza cinematográfica, una de las más excepcionales películas que jamás se hayan realizado. Antes de protagonizar “Arma Letal” e interpretar en 1994 el papel de “Maverick”, Mel Gibson se convirtió en un mito en la historia del cine interpretando a Max, el héroe solitario que viaja por las carreteras despobladas del interior de Australia en una interminable búsqueda de gasolina. En un mundo posapocalíptico donde la ley y el orden han desaparecido, luchan contra él y los otros habitantes de un campamento con aprovisionamientos de combustible los salvajes guerreros liderados por “El Humungus”, célebre por su violencia y por no dejar con vida a sus prisioneros.