Genética agotada. La cinta de Colin Trevorrow trata con simpatía y respeto a las leyendas de la saga (Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum), pone en pantalla un montón de variopintos dinosaurios y le hace justicia (ya era hora) a un Tyrannosaurus rex ninguneado desde la tercera entrega de la franquicia. Además, “Jurassic World: Dominion” cuenta con un puñado de entrañables y divertidos guiños a la trilogía original. Pero todo esto no es suficiente para completar un film medianamente potable, porque la trama sobre BioSyn, Tim Cook y la niña clon es una soberana bobería carente del...

  Lo que está por venir. Chris McKay, Zach Dean y Bill Dubuque picotean de tantas películas de género fantástico y ciencia-ficción que resulta imposible encontrar una sola idea original en todo el metraje de “La Guerra del Mañana”. El batido es generoso en referencias. De “Al Filo del Mañana” a “Starship Troopers”, pasando por “Aliens, el Regreso”, la saga “Terminator” o “La Cosa”. Semejante mezcla, que incluye unas criaturas alienígenas molonas que parecen una horda de Mewtwos cocainómanos, aprieta el acelerador en el minuto uno y no suelta el pedal en ningún momento. Este ritmo frenético nos conduce...

  Dentista tonto-el-culo. El instituto que hay cerca de la casa de mis padres tiene (o tenía) una rampa la hostia de guapa –creo que las sucesivas reformas del edificio acabaron con ella–. Yo la miraba de niño y pensaba: “Tiene que ser acojonante bajarla a toda mecha montado en mi BH azul”. Me parecía una idea estupenda, trepidante y (muy) currada, en plan Evel Knievel a lo asturiano gilipollas. Un día subí aquella rampa, me monté en mi bicicleta y bajé dando pedales por ella. A mitad de recorrido supe que mi idea era pura mierda. Al final...

  Los superhéroes (y los supervillanos) también lloran. Confluyen en “Infinity War” tres bloques temáticos que han transitado en paralelo durante una década de universo cinematográfico Marvel, con préstamos y cruces entre ellos cada vez más habituales (y sabrosos). Han sido necesarias 18 películas hasta la fecha (19 contando la que nos ocupa) para construir un entramado tan sólido como carismático, lo suficiente para que nos acongoje la posibilidad de que algún canalla cósmico con aires de grandeza intente acabar con todo lo que nos ha hecho disfrutar desde hace tanto tiempo. Sabíamos que esta entrega era el fin...

  Father and son. La primera entrega de “Guardianes de la Galaxia“ se hizo un hueco dentro de la mercadotecnia planificada del MCU, demostrando que el homenaje sincero a los seriales clásicos de ciencia-ficción (“Buck Rogers“, “Brick Bradford“, “Flash Gordon“) y la nueva ola de los sesenta (“Barbarella“, “Valérian y Laureline“), podía coexistir con las grandes franquicias de la productora. James Gunn también puso sobre la mesa la posibilidad de acometer con éxito una película independiente y autoconclusiva, carente del lastre que supone ser un capítulo más dentro de un férreo esquema preconcebido. Aquella aventura desinhibida y gamberra funcionó...

  En la galaxia de Star-Lord. Podría resultar excesivo afirmar que el principal macguffin de “Guardianes de la Galaxia” son los años ochenta, pero realizar el acercamiento a la aventura dirigida por James Gunn con esta idea en mente hace que el viaje sea infinitamente más entrañable y divertido. Un concepto que se ve reafirmado por la grata presencia, en forma de breve cameo, de Lloyd Kaufman, cabeza visible de la productora más trash de esta galaxia, Troma (alma máter de Gunn). Algo nada casual, ya que estos “Guardianes de la Galaxia” rezuman mucha de la esencia desinhibida y festivalera...