Espadas, muslos y un mullet pelirrojo. Parece ser que Edward Pressman, productor de las dos primeras entregas de Conan (“Conan el Bárbaro” y “Conan el Destructor”), tenía en mente rodar dos trilogías basadas en las hazañas del bárbaro más famoso de Cimmeria; básicamente pretendía exprimir los derechos cinematográficos del personaje, mientras se pulía parte del patrimonio de la familia De Laurentiis en el proceso. El caso es que, tras la discreta recaudación de la segunda entrega, la planificación de las continuaciones se enfrió de tal manera que Pressman y compañía perdieron la licencia de explotación de Conan. La...

  Músculos menos tonificados. Tras la estupenda acogida de la primera entrega cinematográfica de las aventuras de Conan (“Conan el Bárbaro”, 1982), De Laurentiis se puso manos a la obra para producir un nuevo film protagonizado por el bárbaro de Cimmeria. El nuevo proyecto poco tuvo que ver con el original y parte de la culpa recae sobre su director, Richard Fleischer (un año después dirigiría “El Guerrero Rojo”), que dio luz verde a un desastroso montaje final en el que se utilizaron descartes del primer largometraje. De Laurentiis se ahorró unas buenas pelas en efectos, decorados, diseño, maquillaje…...