Porque sí. Insípida combinación entre “Península”, “Dead Rising 2” y “Resident Evil: Extinción” que parece empeñada en cargar con la parte más empalagosa y sentimentaloide de “The Walking Dead”. Tanto peso “dramático” en la mochila lastra una incursión a la que le sobran más de 40 minutos de conflictos paternofiliales chorras. Para colmo de males, la narración avanza cual gallina sin cabeza por un escenario posapocalíptico que no consigue asombrar demasiado. Este tinglado tampoco llega a convencer como film de reclutamiento o cinta de atracos, y el discutible carisma del elenco se pone a prueba en no pocas...

  Father and son. La primera entrega de “Guardianes de la Galaxia“ se hizo un hueco dentro de la mercadotecnia planificada del MCU, demostrando que el homenaje sincero a los seriales clásicos de ciencia-ficción (“Buck Rogers“, “Brick Bradford“, “Flash Gordon“) y la nueva ola de los sesenta (“Barbarella“, “Valérian y Laureline“), podía coexistir con las grandes franquicias de la productora. James Gunn también puso sobre la mesa la posibilidad de acometer con éxito una película independiente y autoconclusiva, carente del lastre que supone ser un capítulo más dentro de un férreo esquema preconcebido. Aquella aventura desinhibida y gamberra funcionó...

  En la galaxia de Star-Lord. Podría resultar excesivo afirmar que el principal macguffin de “Guardianes de la Galaxia” son los años ochenta, pero realizar el acercamiento a la aventura dirigida por James Gunn con esta idea en mente hace que el viaje sea infinitamente más entrañable y divertido. Un concepto que se ve reafirmado por la grata presencia, en forma de breve cameo, de Lloyd Kaufman, cabeza visible de la productora más trash de esta galaxia, Troma (alma máter de Gunn). Algo nada casual, ya que estos “Guardianes de la Galaxia” rezuman mucha de la esencia desinhibida y festivalera...