Underworld 4: El Despertar (2012)
Vete a dormir.
La cobardía a la hora de encarar nuevos retos nos lleva a refugiarnos en lugares conocidos, invadidos por la rutina, donde todo continua inalterado a pesar del paso del tiempo. El principal problema de estas zonas de seguridad es que, irremediablemente, nos conducen a un desenlace poco apetecible: el sopor, el maldito e inevitable aburrimiento de lo cotidiano. Ese vasto y desolado páramo en el que mora atormentado el film de los suecos Måns Mårlind y Björn Stein.
Para encarar con honestidad el análisis de esta película hay que partir de un hecho tan rotundo como irrefutable: la saga “Underworld” ya estaba muerta, incluso antes del estreno de “La Rebelión de los Licántropos”, y no me refiero a la muerte en vida de los vampiros, no, estaba bien muerta; hace tiempo que le llegó la verdadera muerte, si atendemos a los dogmas de “True Blood”. Pasó a mejor vida con el estreno de una decepcionante segunda entrega que destruía casi toda la mitología de la serie.
A partir de aquí, ni siquiera la recuperación de Kate Beckinsale y su cuero negro súper ajustado es capaz de levantar este cadáver de la mesa de autopsias. No hace falta mencionar que la trama, tan encorsetada como la vestimenta de Selene, es un conglomerado absurdo de despropósitos que intentan aportar una coartada a este soporífero crimen, amalgama de secuencias de acción atrofiada e inoperante que completan una hora y media de metraje decepcionante.
Manu Castro (3/10)
@ManuCastroLSO
(27-01-2012)
• Lo mejor:
• Lo peor:
Título original: Underworld: Awakening |
Género: Acción / Fantástico / Terror
Nacionalidad: USA
Director: Måns Mårlind, Björn Stein
Actores: Kate Beckinsale, Stephen Rea, Michael Ealy
Productor: Gary Lucchesi, Tom Rosenberg, Len Wiseman
Guión: Len Wiseman, John Hlavin, J. Michael Straczynski
Fotografía: Scott Kevan
Música: Paul Haslinger
Montaje: Jeff McEvoy
Sinopsis: Selene escapa de su encarcelamiento para encontrar un mundo donde los humanos han descubierto la existencia de los clanes tanto de vampiros como de licántropos, dispuestos a empezar una guerra total y abierta para erradicar del planeta a ambas especies teóricamente inmortales.
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