Zombi Holocausto (1980)
Oriundos de las Molucas.
Un extraño sujeto irrumpe en una sala de un hospital de Nueva York y le amputa una mano a un cadáver, así, sin más. El personal médico descubre la mutilación durante una clase de anatomía. Estos sucesos tan escabrosos se siguen repitiendo hasta que el responsable de los mismos comete un error y es descubierto. Para sorpresa de todos, el autor de actos tan repugnantes –un tipo que no duda en arrojarse al vacío al verse acorralado– es un enfermero del centro, que además pertenece a una secta de Oceanía que practica el canibalismo es sus ratos libres; un fulano cojonudo (vente a la gran manzana a comer carne humana, debió pensar… pues suena estupendo). No se trata de un caso aislado, ya que los hechos se enmarcan dentro de una serie de sucesos similares que se han venido repitiendo por toda la ciudad. Con el fin de aclarar el porqué de estas aberrantes fechorías, se forma un grupo compuesto por una antropóloga (la Dra. Lori Ridgeway), dos miembros del Ministerio de Sanidad (el Dr. Peter Chandler y George Harper) y una entrometida periodista (Susan Kelly), interpretados por Alexandra Delli Colli, Ian McCulloch, Peter O’Neal y Sherry Buchanan. Juntos parten rumbo a una pequeña y remota isla del archipiélago de las Molucas, que parece ser el origen de los antropófagos. Una vez allí contactan con el Dr. Obrero (Donald O’Brien) y su asistente Molotto (Dakar), residentes en una isla cercana. Sin margen para el descanso, los cinco urbanitas, junto a Molotto y tres porteadores, navegan hacia su objetivo final…
Confluyen en “Zombi Holocausto” (Zombi Holocaust, 1980), de manera más que evidente, las dos corrientes predominantes en el cine de terror italiano de finales de los años setenta y primeros ochenta. Por un lado el cine de zombis que trataba de explotar comercialmente el éxito de “Zombi” (Dawn of the Dead, 1978) de George Romero –cuya versión europea corrió a cargo de Dario Argento–, y por otro la temática caníbal, de plena actualidad por aquel entonces gracias al revuelo surgido en torno a la controvertida “Holocausto Caníbal” (Cannibal Holocaust, 1979), dirigida por Ruggero Deodato, con guión de Gianfranco Clerici –film que llevaba al extremo las posibilidades del cine mondo es su vertiente “chuletas de anglosajón”–. Dado que ambas tendencias compartían multitud de similitudes (personajes, ambientación, exaltación del gore…), la inevitable fusión de estos dos subgéneros alumbró un buen puñado de cintas más o menos enfermizas. Los productores Gianfranco Couyoumdjian y Fabrizio De Angelis, que venían de financiar la indispensable “Nueva York bajo el Terror de los Zombies” (Zombi 2, 1979) de Lucio Fulci, vieron en semejante hibridación la oportunidad de repetir su anterior éxito. Así pues, “Zombi Holocausto” se articula en torno al esquema narrativo de la obra de Fulci, con un argumento que es un calco palmario del desarrollado en dicho film.
Un crimen en Nueva York; una isla tropical; una sudada abundante; un protagonista escocés (Ian McCulloch, aka Roger Moore de saldo); y las tortas de Dakar. Haciendo honor a su temática, “Zombi Holocausto” no se ruboriza ni por un instante a la hora de canibalizar ingredientes extraídos de varios títulos precedentes –más allá incluso del saqueo desmedido de “Nueva York bajo el Terror de los Zombies” y, en menor medida, el atraco a “Holocausto Caníbal” (esa periodista sin escrúpulos que fotografía cadáveres mutilados con total alegría)–. De este modo nos encontramos con multitud de préstamos y plagios, como las referencias a “La Montaña del Dios Caníbal” (La Montagna del Dio Cannibale, 1978) de Sergio Martino, de la que extrae la secuencia de la protagonista rubia siendo confundida por una deidad por los nativos (en aquella ocasión era Ursula Andress la idolatrada) o “Emmanuelle y el Último de los Caníbales” (Emanuelle e gli Ultimi Cannibali, 1977), con la que tiene en común gran parte de la banda sonora compuesta por Nico Fidenco, además de la predilección por los desnudos gratuitos. A nivel narrativo, la cinta dirigida por Marino Girolami mira con descaro a “La Isla del Doctor Moreau” de H. G. Wells (y de manera colateral a “La Isla de los Hombres Peces”, 1979), para encontrar en ella el concepto de mad doctor que lleva a cabo experimentos aberrantes con los lugareños; aquí sustituyendo el mestizaje hombre-bestia por unos muertos vivientes manufacturados en plan chambón.
Una nueva raza de humanos, perfeccionada por un loco con complejo de Dios. A través de estos delirantes ensayos, se retoma en parte la idea del zombi como esclavo autómata, algo que nos retrotrae al origen del mito y a la espléndida “La Legión de los Hombres sin Alma”. Es tan sólo una anécdota. A pesar del evocador nombre del trastornado científico (Dr. Obrero), no esperéis encontrar aquí ni un ápice del tono contracultural que Romero insufló a sus películas Z. Tampoco busquéis el menor atisbo de crítica en clave socio-política; los tiros no van por ahí en ningún momento. Esto es una exploitation en toda regla, que no deja lugar a lindezas argumentales o análisis sesudos. Su desarrollo está plagado de despropósitos, situaciones inconexas y escenas ridículas. La realización exuda desidia y la trama avanza a ritmo de disparate, siempre a favor de un interminable carrusel de gore desatado y guarrindongo. Ese maniquí que se va a tomar por culo al principio de la aventura es toda una declaración de intenciones. La pena es que una producción que pivota sobre un médico loco que vive en una isla habitada por caníbales, sus experimentos de reanimación de cadáveres y una expedición de gilipollas, debería resultar más gratificante. Aunque siempre nos queda la posibilidad de convertir su visionado en el plato fuerte de una desinhibida sesión golfa; en ese caso, las risas están aseguradas.
Manu Castro
@ManuCastroLSO
(02-07-2004)
• Lo mejor: No incluye escenas de violencia real contra animales, algo habitual en este tipo de producciones.
• Lo peor: Su fallida truculencia no impresiona en ningún momento.
¿Sabías que…? Como era habitual en la época, la película fue retitulada “Zombi 3” en el mercado estadounidense, sugiriendo que se trataba de una continuación directa de “Zombi 2”. En los Estados Unidos también se la conoce con el título “Dr. Butcher M.D.”, versión donde el Dr. Obrero pasa a ser el Dr. Butcher (nombre que se puede traducir como Dr. Carnicero o Dr. Asesino). El corte norteamericano cuenta con un prólogo en el que vemos a un zombi que se levanta de su tumba y deambula entre las lápidas de un cementerio (material proveniente de un proyecto inacabado de Roy Frumkes titulado “Tales That”ll Tear your Heart Apart”).
Título Original: Zombi Holocaust | Género: Terror | Nacionalidad: Italia | Director: Marino Girolami | Actores: Ian McCulloch, Alexandra Delli Colli, Sherry Buchanan | Productor: Gianfranco Couyoumdjian, Fabrizio De Angelis | Guión: Fabrizio De Angelis, Walter Patriarca, Romano Scandariato | Fotografía: Fausto Zuccoli | Música: Nico Fidenco, Walter E. Sear | Montaje: Alberto Moriani
Sinopsis: Un médico loco vive en una isla habitada por caníbales. Sus experimentos giran en torno a la reanimación de cadáveres por medio de la conversión en zombies. A esta isla arriba una expedición que pronto es perseguida por caníbales y zombies por igual.
Último visionado: 04/12/2017 (Blu-Ray) | 10/10/2023 (Blu-Ray)