Nuevos fichajes. James Gunn se marca un ejercicio onanista donde caben toda clase de referencias y excesos, incluidos algunos que torpedean una experiencia concebida como calculada locura total. Esto último podría parecer una contradicción si no fuera porque estamos ante la inagotable recopilación de todas las filias (y algunas fobias) de su creador. Resulta evidente que Gunn ha hecho lo que ha querido con su reinterpretación de “El Escuadrón Suicida”. Algo digno de aplauso, no cabe duda. No obstante, alguien con semejante capacidad para el desmadre debería contar con un amigo cercano, preferiblemente uno que conserve dos dedos...

  Un cuento de Hollywood. “Érase una vez en… Hollywood” es un notable acercamiento a un peculiar y particular mundo del cine (y de la televisión), distorsionado por los anhelos y los recuerdos de un amante del séptimo arte que experimentó la época que narra a través de reposiciones. Tarantino nos cuenta una historia que discurre delante y detrás de las cámaras, un cuento sobre la magia y miseria del celuloide, pero también sobre la cotidianidad que hay a su alrededor. Y lo hace fusionando no sólo dos mundos contrapuestos (aquí representados por el glamour y el lujo de...

  Suicidio por sobredosis chorra. Hace unos días, escribiendo la reseña de “Independence Day: Contraataque”, indiqué lo acertada que me había parecido la decisión de Will Smith de no tomar parte en la secuela de la invasión marciana. No voy a negar que prefería verlo en este proyecto, junto a un puñado de nombres que invitaban al optimismo. David Ayer –cineasta con una filmografía de veras interesante, exceptuando la penosa “Sabotaje”– era otro referente que me hacía albergar la esperanza de contemplar una buena adaptación. Digo más, pues me declaro seguidor entusiasmado por el tono, la estética y el...

  Sanfermines africanos. En una significativa escena de este tiberio trasnochado, Samuel L. Jackson le pregunta a Tarzán si debe lamer los testículos de un gorila para salvar el pescuezo (así como lo oyen); pulso zoofílico con afán de supervivencia a toda costa y tintes de comicidad despistada, chanza que sintetiza la esencia de un proyecto incapaz de encontrar cierta lógica en su planteamiento inicial y desarrollo posterior. “La Leyenda de Tarzán” es la anti aventura hecha película. Ladrillo insufrible, protagonizado por un cara-mármol pegado a cuatro pares de abdominales (con lo que molaba Alexander Skarsgård en “Sangre Fresca”),...