Hay que mojarse. Producción de ciencia-ficción distópica de serie B que aglutina en su escasa hora y media de duración un montón de elementos molones. Calentamiento global, subida del nivel del mar, un Londres (de 2008) medio inundado, una plaga de ratas, un asesino en serie devorador de corazones (guiño a Jack el Destripador) y un Rutger Hauer completamente pasado de vueltas. Ahí es nada. Por cierto, el apartamento donde vive Harley Stone (el personaje de Hauer) y sus hábitos alimenticios y de higiene personal son de las cosas más cerdas que os podáis imaginar. Al asunto hay...