Terminator siempre volverá
Terminator siempre volverá
Cuando en 1984 James Cameron estrenó «Terminator» nadie podía imaginar que una película de serie B, destinada al consumo rápido y al olvido entre las estanterías de la parte de atrás de los videoclubs de la época, se convertiría treinta años después en una de las franquicias de cine más exitosas y admiradas. Repasemos ahora los archivos de SkyNet: bienvenidos al futuro (contiene spoilers).
Películas:
• Terminator (1984)
• Terminator 2: El Juicio Final (1991)
• Terminator 2 3-D: Batalla a Través del Tiempo (1996)
• Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas (2003)
• Terminator Salvation (2009)
• Terminator: Génesis (2015)
• Terminator: Destino Oscuro (2019)
Series:
• Terminator: Las Crónicas de Sarah Connor (2008)
Videojuegos:
• The Terminator (1991) (PC/DOS)
• Terminator 2: Judgment Day (1991) (PC/DOS)
• The Terminator (1992) (NES)
• The Terminator (1992) (Mega Drive)
• Terminator 2: Judgment Day (1992) (NES)
• The Terminator 2029 (1992) (PC/DOS)
• The Terminator (1993) (Mega-CD)
• The Terminator (1993) (Super Nintendo)
• Terminator 2: Judgment Day (1993) (Super Nintendo)
• RoboCop versus The Terminator (1993)
• The Terminator: Rampage (1993)
• The Terminator: Future Shock (1995)
• Skynet (1996)
• The Terminator: Dawn of Fate (2002)
• Terminator 3: Rise of the Machines (2003)
• Terminator 3: War of the Machines (2003)
• Terminator 3: The Redemption (2004)
• The Terminator: I’m Back! (2005)
• Terminator Revenge (2006)
• Terminator Salvation (2009)
• SKYNET: Rampage (2015)
Terminator, 1984
Parece ser que la batalla por el futuro de la humanidad comenzó en un hotel de Italia, apenas un par de años antes del estreno de la película. James Cameron, que estaba enfermo y tenía una fiebre considerable, decidió meterse en la cama a descansar. Entonces tuvo un sueño muy extraño, protagonizado por un robot que viajaba a través del tiempo para matarlo. El cineasta se levantó sobresaltado y, empapado de sudor, comenzó a tomar notas. En unos meses ya había completado el guión de «Terminator«. En él se narraba la siguiente historia: en el año 2029 la raza humana está al borde de la extinción. Tras una guerra nuclear entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, provocada por SkyNet (un computador basado en una revolucionaria inteligencia artificial), tres cuartas partes de la humanidad han sido exterminadas.
«Los Ángeles, año 2029. Las máquinas surgieron de las cenizas del fuego nuclear. Su guerra para exterminar a la humanidad había continuado con furia durante décadas. Pero no se libraría la última batalla en el futuro. Se libraría aquí, en el presente, esta noche…».
Durante los años que siguieron a la caída de los misiles, los supervivientes del fuego nuclear tendrían que hacer frente a un destino mucho peor que la radiación atómica: la guerra contra las máquinas. Es entonces, en medio de todo ese caos, cuando se alza un líder para conducir a la humanidad hacia la victoria final. Su nombre es John Connor. Desesperada y al borde de la derrota, SkyNet envía un robot (un Terminator Cyberdine Systems T-800 modelo 101) a través del tiempo, concretamente al año 1984, con el propósito de matar a Sarah Connor, la madre de John. Su objetivo es acabar con Connor antes de su concepción. Al descubrir los planes de la computadora, la resistencia humana manda al pasado a un único soldado, un protector para Sarah, el sargento Kyle Reese, Techcom #BN38416. Lo que sucede en el presente es una continua lucha entre el hombre y la máquina que tiene como resultado la destrucción del cyborg y la muerte del valeroso soldado. A pesar de todo, Sarah sobrevive, dando una nueva oportunidad a la humanidad.
«John Connor me dio una fotografía tuya. Entonces no supe por qué. Era muy vieja, rota, descolorida. Eras joven, como ahora, pero parecías un poco triste. Siempre me pregunté lo que estarías pensando. Memoricé cada rasgo, cada curva. Atravesé el tiempo por ti, Sarah. Te quiero, desde siempre».
Con el guión terminado Cameron comenzó a enviarlo a diversas productoras con el fin de encontrar financiación para la película. Con la ayuda de Gale Anne Hurd, y después de no pocas negativas, la Hemdale Film Corporation se hizo con los defectos del proyecto. Comenzó entonces la ardua tarea de reunir al equipo técnico y artístico idóneo. En un primer momento se contrató a Arnold Schwarzenegger para interpretar el papel de Kyle Reese, aunque el actor de origen austríaco, tras leer detenidamente el guión, optó por ponerse bajo la piel del organismo cibernético que le haría mundialmente famoso. Quedando vacante el personaje de Reese, se fichó a Michael Biehn para suplir a Arnold y a Linda Hamilton para el papel de Sarah. La música corrió a cargo de los sintetizadores de Brad Fiedel, que compuso un tema central mítico, mejorado en la segunda parte. El equipo de efectos especiales de Stan Winston se encargó de la creación de las maquetas y los modelos del Terminator.
«Volveré…»
Gracias al trabajo de este entregado equipo, Cameron pudo plasmar en imágenes lo que años antes había escrito en papel. Como hecho premonitorio, la película termina en una fábrica de robótica, donde el Terminator acaba prensado y destruido, quedando de él un microchip aplastado y un brazo mecánico. En una escena final descartada comprobamos que la fábrica pertenece a Cyberdine Systems, empresa que en el futuro se encargará de desarrollar la tecnología que da como resultado la creación de SkyNet. Así terminaba una película que en su día no tuvo una gran acogida, pasando más o menos desapercibida en la taquilla. Pero pasaron los años y el film comenzó a generan un importante movimiento fan, que transformó la cinta en un fenómeno de videoclub y en todo un icono de la ciencia-ficción y la serie b de los ochenta.
«Escúchame y atiende. El Terminator está ahí fuera. No se puede razonar con él. Es un exterminador. No siente lástima, ni remordimiento, ni miedo, y no se detendrá ante nada, jamas, hasta que estés muerta».
Esto animó a Cameron y a su productora habitual, Gale Ann Hurd, a acometer el desarrollo de una secuela. Respaldados por el inesperado éxito del primer «Terminator», los dos se reunieron con los directivos de la Carolco Pictures para presentar un proyecto que cambiaría para siempre la forma de hacer cine: «Terminator 2: El Juicio Final». Una producción gigantesca que hundió económicamente a Carolco y salió adelante gracias a la tenacidad de James Cameron. Con un presupuesto inicial de 100 millones de dólares (que se disparó hasta los 120), el film fue el más caro de la historia en el momento de su lanzamiento (desbancando a «Desafío Total»), y hasta el estreno de «Mentiras Arriesgadas» en 1994.
«¡Miren, miren, allí, viene una tormenta!»
Terminator 2: El Juicio Final, 1991
“Volveré” dijo en 1984 y el 1 de julio de 1991 cumplió su palabra. «Terminator 2: El Juicio Final» fue un éxito rotundo, recaudando 204 millones de dólares en los Estados Unidos y 514 a escala mundial. La película se convirtió en uno de los mayores éxitos de la historia. En España le fue igual de bien, con 3.770.000 espectadores y algo más de 10 millones de euros de recaudación total. En esta segunda parte el argumento no varía demasiado, casi se podría hablar de remake por las similitudes que tiene con su antecesora. Tras el fracaso de la anterior misión, SkyNet manda un nuevo modelo de Terminator a través del tiempo, el T-1000, un prototipo de metal líquido muy avanzado y letal. La resistencia humana vuelve a interceptar los planes del computador y consigue reprogramar a un T-800 para que proteja a John Connor cuando aún es un niño de diez años.
«Tres mil millones de vidas humanas se apagaron el 29 de Agosto de 1997. Los supervivientes del fuego nuclear llamaron a aquella guerra el día del juicio final. Sólo vivieron para hacer frente a otra pesadilla: la guerra contra las máquinas».
Sarah permanece recluida en una institución mental, después de ser detenida cuando trataba de volar por los aires unas instalaciones de Cyberdine Systems. Una vez que el T-1000 intercepta a John, el T-800 entra en acción y rescata al pequeño. Juntos liberaran a Sarah. El objetivo ahora es el hombre directamente responsable del proyecto de microprocesador derivado de la tecnología del Terminator original: Miles Bennett Dyson.
«Dyson escuchaba mientras el Terminator le iba exponiendo todo: Skynet, el día del juicio final, la historia del futuro… no descubres cada día que eres responsable de tres mil millones de muertes».
«Dentro de unos meses creará un modelo revolucionario de microprocesador. En tres años, Cyberdyne se convertirá en el mayor proveedor de sistemas de computadoras militares; todos los bombarderos anti-radar se modernizarán con esas computadoras y ya no necesitarán tripulantes. De ese modo volarán con un funcionamiento operativo perfecto. Se aprobará el presupuesto del SkyNet. El sistema se conectará el 4 de agosto de 1997; se eliminarán las decisiones humanas en la defensa estratégica. SkyNet aprenderá en progresión geométrica, tendrá conciencia de sí mismo a las 2:14 de la madrugada del 29 de agosto. Los humanos, aterrados, intentarán desconectarlo».
«Está en vuestra naturaleza destruiros mutuamente».
La premisa vuelve a ser la misma: un robot asesino y un protector para el blanco humano enfrentados, sólo que ahora el asesino de la primera película es el encargado de proteger a John; un cambio sustancial que se agradece, aunque nos encante Schwarzenegger en el papel de malo. Todo lo demás es similar, persecuciones y escenas de acción, más espectaculares, con efectos especiales de última generación, al servicio de la misma historia: la guerra por el futuro en el presente.
«No es igual. Es un T-1000. Un prototipo más moderno. Una polialeación mimética. Metal líquido».
Fue en 1998, tras el estreno de «Titanic», cuando se comenzó a hablar con fundamento acerca de una posible tercera entrega de «Terminator». Después de numerosos problemas con la productora que poseía los derechos de la saga, Cameron se desvinculó del proyecto, al igual que Arnold Schwarzenegger. Después de unos años sin apenas avances, C2 Pictures (creada por Mario Kassar y Andrew G. Vajna, cofundadores de la extinta Carolco Pictures) le encargó la dirección de la secuela a Jonathan Mostow, con guión de John D. Brancato y Michael Ferris. Schwarzenegger, aconsejado por Cameron, volvió a la producción y la película se puso definitivamente en marcha. Estando Linda Hamilton y Edward Furlong fuera del proyecto, se contrató a Nick Stahl para el papel de John y el 15 de abril de 2002 comenzó el rodaje con un presupuesto de 200 millones de dólares.
“Observando a John con la máquina, de repente lo vi claro: el Terminator jamás se detendría, jamás lo abandonaría y jamás le haría daño, ni le gritaría o se emborracharía y le pegaría, ni diría que estaba demasiado ocupado para pasar un rato con él. Siempre estaría allí, y moriría para protegerle”.
Terminator 3: La Rebelión de las Maquinas, 2003
Ha pasado una década desde que John Connor ayudó a evitar el día del Juicio Final, aquel en el que Skynet debió tomar conciencia de sí misma, desencadenando el Apocalipsis nuclear sobre la raza humana, con la ayuda de su ejército de máquinas de alta tecnología. Ahora, con 22 años, Connor vive “fuera de circulación”; sin teléfono, sin trabajo, sin rastro de su existencia… Pero de entre las sombras del futuro aparece una nueva amenaza, la T-X, una máquina de matar cyborg, la más sofisticada de las creadas por Skynet. Una Terminator tan brutal por dentro como bella por fuera, enviada al pasado para completar el trabajo que dejó inconcluso su predecesor, el T-1000.
«John Connor. Llegó el momento».
Infinitamente más poderosa, peligrosa y destructiva que ningún Terminator anterior, la máquina se presenta en Los Ángeles con una misión muy concreta, y esta vez John Connor no es el único objetivo en la lista de Skynet. Los lugartenientes de Connor, el núcleo de la resistencia humana, son por ahora unos adolescentes que desconocen su importancia para la humanidad. También se ve involucrada la que será mujer de John, la inocente Kate Brewster, una prometedora veterinaria presente con un futuro inimaginable. Ambos descubrirán que el día del Juicio Final avanza a gran velocidad y es, en realidad inevitable. La destrucción de Cyberdine Systems tan sólo atraso la fatídica fecha. Junto con un T-800 enviado para protegerles, deberán superar la tecnología del T-X, evitar la inminente amenaza o enfrentarse al fin de la civilización.
«Lo siento Katie. He abierto la caja de Pandora…»
Por otro lado, el ejército ha desarrollado un sofisticado sistema informático capaz de hacerse cargo de la defensa estratégica de los Estados Unidos; en esencia se trata de una máquina capaz de sustituir a las personas en la toma de decisiones militares. Esta inexpugnable red de alta tecnología lleva un tiempo sufriendo los ataques de un extraño virus. Parece ser que el sistema, una vez alcanzado su pleno rendimiento, será capaz de localizar y aniquilar el virus en cuestión de segundos. El inconveniente es importante, ya que durante ese tiempo los ejércitos y el armamento norteamericano estará en manos del computador. Ya os imagináis que ese sistema de inteligencia artificial es SkyNet. Resuenan las palabras del T-800, «los humanos, aterrados, intentarán desconectarlo». Kate y John son enviados, por el padre de esta (el general), a las instalaciones secretas subterráneas de Crystal Peak, donde se supone está ubicado el núcleo del sistema de SkyNet. Destruir el súpercomputador detendría las secuencias de lanzamiento de misiles y el fin del mundo. Pero no será tan fácil.
«La zona de Mojave recibirá una considerable lluvia radioactiva. No sobreviviréis…»
Con SkyNet infectando miles de servidores de todo el mundo, las máquinas se alzan y comienzan a tomar el control. Kate y John se dan cuenta demasiado tarde de la aterradora verdad: no existe un núcleo del sistema, SkyNet es imparable y el día de Juicio Final, inevitable. Los misiles surcan los cielos portando las cabezas nucleares que incinerarán la tierra. Desde el refugio atómico son testigos del fin. Tan sólo resta hacer una cosa, un objetivo ineludible, afrontar su destino como líderes de la resistencia y planificar la futura guerra contra las máquinas.
«Para cuando SkyNet fue consciente de su capacidad, se había esparcido por millones de servidores informáticos por todo el planeta. Ordenadores corrientes en edificios de oficinas, en cibercafés, en todas partes… todo era software y ciberespacio. No había núcleo del sistema. No se podía desconectar».
Los resultados económicos de esta tercera entrega cubrieron los gastos de producción, pero no fueron los esperados. La crítica tampoco fue demasiado favorable. Tocaba reiniciar el futuro. El 9 de mayo de 2007 Halcyon anuncia que ha obtenido los derechos de la franquicia «Terminator», anteriormente en manos de los productores Andrew G. Vajna y Mario Kassar. Simultáneamente comunica su intención de realizar una nueva trilogía ambientada en un futuro post apocalíptico. Se contrata a McG como director y a John D. Brancato, Michael Ferris y David C. Wilson como guionistas. Posteriormente Paul Haggis revisó el guión y Shawn Ryan lo reescribió, junto con Jonathan Nolan, tres semanas antes de comenzar a filmar. El 19 de julio el proyecto «Terminator Salvation» se encuentra en un limbo jurídico debido a un pleito entre MGM y Halcyon por la distribución de la película. Warner Bros. obtiene los derechos de distribución en Norteamérica y Sony Pictures hace lo propio con el resto del mundo. El 5 de mayo de 2008 comienza el rodaje en Albuquerque, Nuevo México, con unos 200 millones de presupuesto.
«De entre las cenizas de nuestro mundo, ellos se alzarán. Una nueva generación de terminators, creada para aniquilar a la raza humana. Y nuestra última esperanza en la guerra contra las máquinas, será una de ellas».
Terminator Salvation, 2009
Nos encontramos en el año 2003. Un convicto llamado Marcus Wright, sentenciado a muerte, recibe la visita de la doctora Serena Kogan, que le ofrece donar su cuerpo a la compañía Cyberdyne, para investigación avanzada. Marcus acepta. El futuro es ahora. Nos encontramos en el año 2018. La resistencia acaba de localizar una instalación secreta de SkyNet, en la que se encuentra encarcelado un grupo de prisioneros humanos. Bajo tierra hayan los planos de un nuevo modelo de Terminator: el T-800, endoesqueleto metálico recubierto de tejido vivo. Las continuas alteraciones en la línea temporal han provocado que John Connor no sea el líder de la resistencia, sino sólo uno de sus integrantes. En el cuartel general del comando de la resistencia, ubicado en un submarino nuclear en tránsito por el Océano Pacífico, Connor se entera de un hallazgo increíble: una señal de radio oculta en el canal de comunicación de la máquinas que supondría la posibilidad de anular el control de SkyNet sobre sus ejércitos.
“Soy John Connor. Si estáis escuchando esto, sois la resistencia. Escuchad atentamente. Si atacamos esta noche, la raza humana está perdida. Control de mando quiere que luchemos como máquinas, que tomemos decisiones frías y calculadas. Pero no somos máquinas. Y si actuamos como ellas, ¿por qué motivo luchamos?»
Una nueva lista de SkyNet. Un comunicado señala que todos los líderes de la resistencia estarán muertos en una semana, incluidos John Connor y Kyle Reese, objetivo número uno para SkyNet. La computadora trata de ganar la guerra eliminando del futuro a Reese, evitando de este modo su viaje al pasado y la concepción de Connor. Marcus, que permanecía latente en las instalaciones secretas de SkyNet, llega a las ruinas de Los Ángeles, plagadas de T-600. Allí conoce a un joven Kyle Reese. Juntos emprenderán el camino para localizar a John Connor, pero las máquinas los interceptan, capturando a Reese, que es llevado a la central de SkyNet en San Francisco. Marcus llega a la base de Connor gracias a la ayuda de la aviadora Blair Williams.
“En épocas de desesperación, la gente cree lo que quiere creer. Y de esta forma, les dimos lo que ellos querían creer. Un truco en forma de señal con la que la resistencia creería que ganaría la guerra. Y estaban en lo cierto. Pondrá fin a esta guerra, con la diferencia de que es la resistencia la que verá su fin. No SkyNet”.
¿Crees que eres humano? Tras pisar una mina magnética se revela la verdadera naturaleza de Marcus: el primer híbrido hombre-máquina. Un ser único diseñado por SkyNet como prototipo para los nuevos y aterradores T-800. Marcus le revela a John el paradero de Reese, insistiendo en ayudar en su rescate. Mientras tanto, la resistencia planea usar la señal de radio para inutilizar las defensas de la central del computador, como paso previo a un ataque aéreo masivo sobre dichas instalaciones, por otra parte repletas de prisioneros humanos. John trata de evitar la operación, ya que significaría la muerte de Reese, y se infiltra en la base. Allí toma conciencia de la verdadera escala del proyecto T-800; una cadena de montaje automatizada con la capacidad de fabricación de cientos de monstruos metálicos. Es entonces, en el enfrentamiento con uno de esos seres, cuando John adquiere sus características cicatrices de la cara.
“¿Qué es lo que nos hace humanos? No es algo que se pueda programar. No se puede introducir en un chip. Es la fortaleza del corazón humano la diferencia entre nosotros y las máquinas».
Una guerra lejos de acabar. El escaso éxito en taquilla de «Terminator Salvation» paralizó el proyecto de trilogía del futuro. A mediados de septiembre de 2009, The Halcyon Company se declara en bancarrota. Comienza entonces un carrusel de pretendientes para los derechos de explotación de la franquicia. Sony Pictures y Lionsgate se muestran partidarios de rodar un nuevo film de Terminator. El 1 de febrero de 2010 Pacificor se hace con los derechos. En agosto de 2010 salta la noticia de una nueva entrega titulada «Terminator 3000», por parte de Hannover House. Finalmente Pacificor desmiente que esté trabajando en una nueva adaptación. El 23 de mayo de 2011, Megan Ellison y su compañía productora Annapurna Pictures adquieren los derechos para realizar dos películas más. Alan Taylor es contratado como director. El 13 de junio de 2013, Arnold Schwarzenegger confirma su regreso como T-800. Paramount Pictures se hace cargo de la distribución. El proyecto «Terminator: Génesis» echa a andar de manera oficial.
«Se avecina una tormenta en el horizonte. Una época de penúrias y dolor. Se ha ganado esta batalla pero la guerra contra las máquinas se recrudece. La red global de Skynet resiste pero no desistiremos hasta que quede destruida completamente. Soy John Connor, no hay más destino que el que nos forjamos».
Terminator Génesis, 2015
Regresamos al año 2029. John Connor, líder de la resistencia humana, está a punto de llevar a los suyos hasta la victoria final. En una audaz jugada doble, su unidad de Tech-Com ataca el corazón de SkyNet en Colorado, mientras que otra, con Kyle Reese y él mismo al frente, se encargará de destruir el arma definitiva del computador: la máquina del tiempo. Antes de que la resistencia puede llegar a la máquina, Skynet envía un T-800 a 1984 para matar a Sarah Connor, la madre de John. Kyle Reese se ofrece voluntario para viajar al pasado y proteger a Sarah. En el momento justo en que Kyle comienza a flotar en el campo magnético de la máquina, este experimenta los recuerdos de una línea temporal diferente, y se le revela una advertencia: «Genisys es Skynet».
«El destino. Es la primera arma de tiempo táctica. SkyNet la acaba de usar».
El T-800 llega a Los Ángeles en 1984, pero es interceptado por Sarah Connor y su «Abuelo» (un T-800 reprogramado, con el tejido humano envejecido por el tiempo). Poco después Kyle llega a Los Ángeles, donde le espera un T-1000 enviado por Skynet. El pasado original ha cambiado de manera radical. Sarah conoce la exigencia de SkyNet y el día del Juicio Final, además del papel de Reese como su protector y padre de John Connor. Sarah le explica a Kyle como el «Abuelo» fue enviado a 1973 para protegerla del T-1000. La llegada de ambos terminators causó una paradoja en la línea del tiempo que difiere de la conocida por Kyle. Sarah y el T-800 han contraído una máquina del tiempo en 1984, que ella y Kyle utilizan para viajar a 1997, con la intención de detener la creación de SkyNet. Kyle, convencido de sus «nuevas memorias» persuade a Sarah para viajar al año 2017 e investigar el proyecto Genisys.
«Gracias, Sarah, por tu valor durante los años oscuros. Solo te puedo ayudar diciéndote que el futuro no está escrito. El único destino es el que nosotros forjamos. Debes ser más fuerte de lo que te imaginas. Debes sobrevivir o yo jamás existiré».
El «Abuelo» se pasa los siguientes treinta años preparando la llegada de ambos al futuro. Allí descubren que Genisys es un sistema operativo propiedad de la corporación Cyberdyne, software que pronto será lanzado al mercado para su uso en ordenadores personales, dispositivos móviles y aplicaciones militares. John Connor reaparece sorpresivamente, convertido en una bio-máquina infectada por SkyNet, conocida como T-3000. El objetivo es destruir las instalaciones de Cyberdyne antes de que Genisys esté en línea. En el inmenso edificio se enfrentará al temible T-3000. Los tres consiguen contener a John en el prototipo de la máquina del tiempo, causando una reacción en cadena que arrasa todo el complejo. El T-800 cae por accidente en un tanque de metal líquido, actualizando su composición y consiguiendo las propiedades de regeneración de un T-1000. Tan sólo resta una última misión por cumplir: ir a la casa del joven Kyle y advertirle que «Genisys es Skynet».
«Mis circuitos auditivos no se han degradado. Soy viejo, no obsoleto».
En una escena tras de los créditos podemos ver cómo el núcleo del sistema Genisys, escondido en una cámara subterránea, ha sobrevivido a la explosión. Se produce una proyección holográfica de Skynet, que ahora es consciente de sí mismo. Desconocemos cuál será el siguiente capítulo de esta saga, ya sabéis, «no hay destino, sólo existe el que nos forjamos nosotros mismos». Lo que es seguro es que Terminator siempre volverá…
«SkyNet no me atacó. Me cambió. No soy una máquina. No soy un hombre. Soy algo más».
Manu Castro
(07-05-2003)