Comentario Seth MacFarlane despliega ante el respetable las mil maneras más penosas de joder tu propio proyecto inyectando una sobredosis de ego desbordado a una aventura de comicidad penosa y ritmo soporífero. El desmesurado y tóxico amor propio del cómico norteamericano ahoga todas y cada unas de las escenas en las que su cargante personaje acapara codiciosamente el protagonismo, convirtiendo en ridículo el trabajo de unos secundarios que navegan desorientados por semejante despropósito. MacFarlane, demasiado pagado de sí mismo, transforma en lodo el éxito obtenido con la entretenida “Ted”, comedia en la que sí supo delegar en un...