Puertas Abiertas (2018)

 

La última casa del pueblo.

Atendiendo a los avances, parecía un thriller de terror, una experiencia escalofriante, de apretar el culo horrorizado. Pues no. Esta propuesta, dirigida por los debutantes Matt Angel y Suzanne Coote para Netflix, no es más que un forro importante. Los dos cineastas, que además son autores del guión, construyen un suspense inane a partir de una premisa trillada hasta la saciedad. A papá lo asesinan en un atraco, así que mamá y su hijo adolescente (que ni siquiera es problemático) tienen que hacer frente al drama y a una situación económica muy jodida. Para colmo de males, los dos protagonistas han de abandonar su hogar, por lo que se trasladan al casoplón de vacaciones de la tía rica de la familia, que está situado en medio del bosque, donde Cristo dio las tres voces. Allí empiezan a suceder un puñado de fenómenos extraños, supuestamente aterradores, justo después de unas jornadas de puertas abiertas (porque la casa está en venta). Llegados a este punto, la trama se ha convertido en un despropósito que consigue que todo lo que se muestra en pantalla resulte aleatorio e inconsistente. Los sinsentidos de esta historia son muchos y demasiado contundentes.

Cruje la madera del suelo, suena el teléfono a altas horas de la madrugada, se apaga el calentador en medio de una ducha… Bajemos al sótano –en repetidas ocasiones– para comprobar que diantres sucede con el suministro de gas (lo de iluminar mejor la estancia lo dejamos para otro momento). Entre medias, la cinta nos presenta a un par de personajes de esos que no sabes muy bien de qué hostias van. No cabe un cliché más en esa casa, y eso que la chabola es grande de narices. Atando cabos, y sin devanarnos en exceso los sesos, podemos llegar a una conclusión bastante obvia: un pirado se ha colado en la casa aprovechando la visita, y ahora parece empeñado en perturbar a los inquilinos. Si este desarrollo de los acontecimientos se os antoja cutre, es porque lo es. Como resulta imposible empatizar con las dos víctimas (el chaval es Dylan Minnette, visto el año pasado en otra home invasion, la estupenda “No Respires”), importa bien poco si ambos acaban aniquilados a manos del psicópata o consiguen vivir eternamente. A los responsables del proyecto se les olvidó echar un poco de intriga a la mezcla. La experiencia es pura vacuidad, porque “Puertas Abiertas” decepciona incluso al nivel más primario: tampoco hay un sólo susto decente en toda la película.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(23-01-2018)

 

• Lo mejor: La clave de Netflix se puede compartir.
• Lo peor: La película consigue que lo pasemos mal, pero no el sentido adecuado.

 

 

Título Original: The Open House | Género: Terror / Thriller | Nacionalidad: USA | Director: Matt Angel, Suzanne Coote | Actores: Dylan Minnette, Piercey Dalton, Patricia Bethune | Productor: Dan Angel, Matt Angel, Suzanne Coote | Guión: Matt Angel, Suzanne Coote | Fotografía: Filip Vandewal | Música: Joseph Shirley | Montaje: Bradley McLaughlin

 

Sinopsis: Logan Wallace es un adolescente que se muda a una nueva casa en la montaña junto a su madre Naomi. Allí se verán perseguidos por fuerzas amenazadoras y ocultas de las que intentarán escapar.

 

 

 

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