El Corredor del Laberinto (2014)

El Corredor del Laberinto (2014)

 

Laberinto de interrogantes.

Del maremágnum que conforma la literatura fantástica para adolescentes de la actualidad, emergen, muy de vez en cuando, productos que sobresalen del tedio argumental que habitualmente inunda este tipo de ficción. La primera novela del tríptico post-apocalíptico que constituye la obra de James Dashner, es una aventura adictiva y directa, literatura de evasión para entretener desde una posición de solidez que pocas veces se encuentra en este tipo de productos. La adaptación cinematográfica está al mismo nivel, y nos procura una película enérgica, capaz de mantener una tensión que va mucho más allá de “El Claro” y el enigmático laberinto.

A tortas en el superpoblado cosmos de las sagas juveniles. “El Corredor del Laberinto” compite con las grandes series (“Los Juegos del Hambre”, “Divergente” o “Cazadores de Sombras”) desde una postura de ingenua inocencia que se agradece. La obra de Dashner rechaza las demasiado habituales falsas trascendencias y se entrega a una entretenida distopía plagada de secretos y sombríos experimentos conductistas. Con estos mimbres, Wes Ball filma una primera media hora soberbia; el arranque, realizado con el manual young adult en la mano, es todo un tratado sobre la adolescencia alienante y confusa de la actualidad. Enigmas monumentales, personajes hostiles y la dificultad de encarar un rol en la sociedad, aunque este sea el de héroe forzoso. Así empieza el trayecto.

El Corredor del Laberinto” hace de la hibridación argumental la mayor de sus virtudes; de la incógnita persistente de “Perdidos” al experimento social de “El Señor de las Moscas”, con cierto toque de ansiedad “Cube” y un atisbo de la construcción social basada en el miedo que pudimos disfrutar en “El Bosque”. Tanta referencia oculta la no tan escasa originalidad de la obra, aunque insufla una interesante dinámica a la trama que, por desgracia, se va diluyendo una vez que los secretos del laberinto, impresionante diseño (colosal su presencia de hormigón y maleza), van siendo revelados. Lástima la fallida construcción de varios personajes importantes, entre ellos el único papel femenino de la aventura, Teresa (Kaya Scodelario), y ese clímax final, un tanto atragantado, que resta un poquito de interés a lo que está por llegar dentro de esta saga fantástica.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(19-09-2014)

 

• Lo mejor: Su interesante incógnita inicial.
• Lo peor: Ver como se desarma el misterio hasta alcanzar su decepcionante desenlace.

 

El Corredor del Laberinto (2014)

 

Título Original: The Maze Runner | Género: Acción / Ciencia Ficción | Nacionalidad: USA / Canadá / Reino Unido | Director: Wes Ball | Actores: Dylan O’Brien, Kaya Scodelario, Will Poulter | Productor: Marty Bowen, Wyck Godfrey, Ellen Goldsmith-Vein | Guión: Noah Oppenheim, Grant Pierce Myers, T.S. Nowlin | Fotografía: Enrique Chediak | Música: John Paesano | Montaje: Dan Zimmerman

 

Sinopsis: Thomas se despierta en un ascensor que asciende lentamente. Cuando la caja se detiene y las puertas se abren, se ve en medio de un grupo de chicos que le dan la bienvenida al Claro: un enorme espacio abierto flanqueado por gigantescos muros de hormigón. Su mente está totalmente en blanco. No tiene ni idea de dónde está, no sabe de dónde viene y no puede recordar ni a sus padres, ni su pasado, ni siquiera su propio nombre. Ni Thomas ni el resto de sus compañeros saben cómo ni por qué han llegado al Claro. Sólo saben que las gigantescas puertas de hormigón que conducen al Laberinto se abren cada mañana. Que todas las noches, con la puesta de sol, se vuelven a cerrar. Y que, cada treinta días, un chico nuevo llega en el ascensor. El predecible comportamiento del Laberinto hizo que la llegada de Thomas fuera esperada. Lo que no era esperable es que la caja apareciera de nuevo, menos de una semana después, portando a Teresa, la primera chica en llegar al Claro.

Thomas descubre que cada habitante del Claro tiene asignada una tarea, desde trabajos de jardinería o construcción a ser uno de los corredores de élite que elaboran el mapa de los muros del Laberinto que los mantiene cautivos y cuya configuración cambia cada noche. Los Corredores del Laberinto corren contrarreloj intentando cubrir el mayor terreno posible antes de que acabe el día, cuando el Laberinto se cierra herméticamente y los mortíferos laceradores biomecánicos deambulan por las galerías de la gigantesca estructura de hormigón. Aun siendo un recién llegado o “novato”, Thomas siente una inquietante familiaridad hacia el Claro y el Laberinto. Hay algo profundamente guardado en su memoria que, de hecho, puede ser la clave para resolver los misterios del Laberinto y, tal vez, del mundo que se encuentra más allá.

 

 

 

 

 

 

 

 

El Corredor del Laberinto (2014)

 

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