Darkman II: El Regreso de Durant (1995)

 

Nada muere por completo.

Producida directamente para el mercado doméstico, con la única intención de rentabilizar el inesperado éxito de la primera película, esta secuela trata de repetir la fórmula desde la torpeza conceptual más absoluta. A todas luces irrelevante, más aún cuando el “Darkman” de Sam Raimi dejaba la historia bien cerrada, la cinta plantea el imposible regreso de Durant (Larry Drake) –presuntamente carbonizado en la explosión del helicóptero–. El villano (no-preguntéis-cómo) ha sobrevivido a la deflagración y el fuego (con un par), aunque se ha pasado los últimos cinco años de su vida en coma. Ahora, ya despierto, decide reconstruir su imperio criminal poniendo en marcha un plan igual de impresentable que el guión de esta chorrada mayúscula. Peyton Westlake, es decir, Darkman (en esta ocasión interpretado por Arnold Vosloo, más conocido por dar vida a Imhotep en “La Momia” de Stephen Sommers), también continúa por el barrio. El vengador hace vida de soltero en un edificio ruinoso, conectado a una estación de metro abandonada, y se traslada de un lugar a otro de la cuidad a bordo de una vagoneta (sic). Sin entrar en demasiados detalles sobre el argumento, os puedo decir que su trabajo con la piel sintética ha sufrido un estancamiento bastante jodido –99 minutos no dan para mucho– y el tío se pasa el día entre colérico y frustrado.

Bradford May intenta canibalizar la trama del film original con resultados desastrosos. Aparece un nuevo científico, David Brinkman, que, casualidades de la vida, también trabaja en el campo de la piel sintética y, al parecer, ha solventado los problemas que lastraban el avance de Westlake. Por otra parte, Durant libera a un preso llamado Alfred Hathaway, para que desarrolle un arma futurista basada en un haz de partículas. Aquí vale todo. Completa el disparate una reportera de televisión llamada Jill Randal, encargada de investigar las actividades criminales de Durant por un lado e interesada en la reaparición de Peyton por otro. Sea como fuere, se producen una serie de muertes-barra-asesinatos que activan la consabida venganza; puro calco. Aunque la producción conserva parte de la estética del primer “Darkman”, es inevitable percibir la neutralidad de una realización plana con tintes demasiado televisivos. Raimi sólo pone la pasta, a través de Renaissance Pictures (la productora fundada por Robert Tapert, Bruce Campbell y él mismo). Este maremagno sólo sirve para violentar el recuerdo de aquél bonito epílogo, en el que el (anti)héroe vendado se alejaba caminando –con el rostro de Bruce Campbell–, mientras su figura se difuminaba entre una multitud de viandantes; la venganza se había cumplido, ya no era necesaria la presencia del hombre de las sombras.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(06-04-2017)

 

• Lo mejor: Larry Drake haciendo de cabronazo sin escrúpulos.
• Lo peor: Lo fútil del conjunto.

 

 

Título Original: Darkman II: The Return of Durant | Género: Acción / Terror | Nacionalidad: USA / Canadá | Director: Bradford May | Actores: Larry Drake, Arnold Vosloo, Kim Delaney | Productor: David Eick, Sam Raimi, David Roessell | Guión: Robert Eisele, Lawrence Hertzog, Steven McKay | Fotografía: Bradford May | Música: Randy Miller | Montaje: Daniel T. Cahn

 

Sinopsis: Peyton, un científico especializado en clonar por ordenador partes del cuerpo humano, es destruido por Robert G. Durant, un jefe del crimen organizado. Renacido de sus cenizas, Peyton se convierte en “Darkman”, un vengador cegado por la ira y la necesidad de venganza. Ahora Durant ha regresado…

 

 

 

 

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