John Wick: Pacto de Sangre (2017)

 

Vestido para tirotear.

Si “John Wick” fue una sorpresiva vuelta al subgénero de justicieros solitarios y venganzas extremas –en clave de disparate absoluto, que hacía del tiro en la cara su seña de identidad–, este segundo capítulo se muestra fiel a la fórmula, abraza la hipérbole violenta con aún más fuerza y acaba por posicionarse como parada ineludible dentro del cine de acción actual. Chad Stahelski y David Leitch (el primero se encarga de dirigir la secuela en solitario y el segundo nos espera este verano con “Atomic Blonde”, producción que promete ser otra bacanal de hostias) han construido un personaje con una entidad notable y todo el carisma que le aporta la contundencia en pantalla de Keanu Reeves. Al canadiense le bastan un par de gestos y unas cuantas patadas en los morros, para demostrar su enorme presencia como protagonista absoluto de una entrega que indaga en la pintoresca mitología de grupos secretos, contratos de sangre y guerras de poder que se nos presentó en la primera película. Reeves (Wick) se desenvuelve con serena elegancia entre rebuscados protocolos, sorteando los entresijos y rituales de un submundo criminal de tonos llamativos y monedas de oro.

Resulta que con el hampa no hay tabula rasa que valga. Cuando parecía que la discordancia primigenia había quedado solventada –John recupera su coche en los primeros minutos de “Pacto de Sangre”–, un cabrón del pasado reaparece para liar la madeja una vez más. Ahora el conflicto da el salto a la esfera internacional, con una evidente vocación de saga –en espera de una tercera parte recién confirmada–. Abandonamos durante un rato Nueva York. Después, el epílogo de la cinta nos pone en ruta a un destino que, atendiendo al impecable guiño a “Operación Dragón”, bien podría ser el Hong Kong cinematográfico del que este film es deudor. Mafia rusa, camorra italiana, ¿triadas chinas? Soñar no cuesta nada. En definitiva, vuelan los tiros, caen los mamporros y los impolutos trajes (hechos a medida) apenas sufren las consecuencias. Por si el asesinato del pobre perro no fuera suficiente afrenta, los malhechores –muy espabilados ellos– continúan empeñados en manosear sin contemplaciones las pelotas del bueno de Jonathan. Como ustedes pueden suponer, el roaring rampage of revenge resulta más que inevitable; y nosotros encantados con esta coreografía de sangre y muertes gratuitas.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(27-04-2017)

 

• Lo mejor: El tiroteo mudo entre Reeves y Common.
• Lo peor: Sus demasiado evidentes ansias de secuela.

 

 

Título Original: John Wick: Chapter 2 | Género: Acción / Thriller | Nacionalidad: USA / Canadá | Director: Chad Stahelski | Actores: Keanu Reeves, Riccardo Scamarcio, Ian McShane | Productor: Robert Bernacchi, Basil Iwanyk, Erica Lee | Guión: Derek Kolstad | Fotografía: Dan Laustsen | Música: Tyler Bates, Joel J. Richard | Montaje: Evan Schiff

 

Sinopsis: El legendario asesino John Wick (Keanu Reeves) se ve obligado a salir de su retiro por un antiguo socio inmerso en un complot para controlar la siniestra hermandad internacional de asesinos. Obligado por un juramento de sangre, John viaja a Roma para ayudarle; allí se enfrentará a algunos de los asesinos más letales del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

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