El Último Tiburón (Tiburón 3) (1981)

 

Regata de tolais.

En las tranquilas aguas de la ciudad costera de Port Harbor aparece un gran tiburón blanco. El animal no tarda mucho en zamparse a su primer humano. Peter Benton (James Franciscus), un escritor local especializado en escualos, y Ron Hamer (Vic Morrow), un rudo cazador de tiburones, enseguida se dan cuenta de la gravedad de la situación. Juntos trasladan sus temores al alcalde William Wells que, casualidades de la vida, se encuentra preparando su candidatura a gobernador y no está para hostias. Como no podía ser de otro modo, el político hace caso omiso de las recomendaciones de ambos expertos y minimiza la alarma. Para complicar aún más la situación, la localidad se prepara para celebrar su regata anual de windsurf, en la que compiten muchos jóvenes del pueblo. Entre tanto, el tiburón sigue jalando todo lo que pilla en aguas abiertas, así que el alcalde, temiendo que se produzca una carnicería el día de la competición (cosa mala para su imagen pública), manda instalar una red de protección submarina con el fin de blindar la bahía e impedir el paso del “Gran Blanco”. Al ser una malla de saldo, el pez no tarda ni un asalto en hacer un boquete que le permite estar un poquito más cerca del festín de su vida…

A estas alturas del texto, algunos estaréis pensando: joder, lo mucho que se parece este argumento al de “Tiburón”… Y así es, amigos, porque “El Último Tiburón”, también conocida como “L’ultimo Squalo”, “The Last Shark” y “Great White”, es un exploit descarado (uno de muchos) del film dirigido por Steven Spielberg. Tan descarado que en España se tituló en su día “Tiburón 3”. Tira que libras, pensaron los productores italianos de la cinta, ansiosos por aprovechar los resquicios del astronómico éxito de las dos primeras entregas oficiales del “Tiburón” yanqui. La cosa llegó a tal punto que, al estrenarse la verdadera tercena entrega de la saga, “Tiburón 3” (marca registrada), el film tuvo que subtitularse en nuestro país como “El Gran Tiburón” para evitar confundir aún más al público. Sea como fuere, los responsables de esta copia bastarda (que plagia escenas completas del film original) no tuvieron reparo alguno en sablear la producción de la Universal hasta más allá de lo imaginable, siempre fieles a esa tradición italiana de adaptar, explotar y corromper las cintas más populares de la taquilla USA. Dirige la propuesta Enzo G. Castellari, cineasta que, tras perpetrar esta cinta, se volvería un experto en el tema (“1990: Los Guerreros del Bronx”, “Los Nuevos Bárbaros”).

Es precisamente todo lo anterior la esencia misma de “El Último Tiburón”, un mejunje que convierte esta movida en una mierdosidad deliciosa y muy disfrutable. Haciendo gala de una sinvergonzonería sin límite, la producción suple su evidente falta de medios con mucha mala baba, violencia y gore. El metraje, eso sí, es generoso en actuaciones pésimas, situaciones ridículas (la escena de la cueva), muertes bochornosas y acciones absurdas (esos chavales saliendo a pescar en plan suicida). Pese al bajo presupuesto, Castellari se las ingenia para intercalar un par de escenas de acción bastante audaces (el tiburón llega a derribar un puto helicóptero). Entre medias se intercalan imágenes documentales de tiburones reales con la enorme maqueta usada para recrear los ataques, con la subsiguiente diferencia en tamaño, iluminación, color… Vamos, que no pegan ni con cola. Mientras, Vic Morrow trata de emular a Robert Shaw y James Franciscus hace lo propio con Roy Scheider. El intento no sale bien, pero dos tipos que se dirigen a mar abierto con la idea de aniquilar a un enorme tiburón blanco usando dinamita, cuentan con mi simpatía y respeto. Quizá la única idea original de la película sea ese reportero cabronazo (interpretado por Giancarlo Prete) obsesionado con filmar como el bicho devora a algún paisano del pueblo (y lo consigue).

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(12-07-2019)

 

• Lo mejor: Es uno de los mejores exploits de “Tiburón”. Su explosivo final. James Franciscus saltando por los aires mientras grita: “¡maldito!”
• Lo peor: Es una experiencia reservada únicamente a amantes del cine más trash.

 

¿Sabías que…? Tras demandar a los productores, Universal Pictures trató de impedir el lanzamiento de la película en América del Norte, acusando a sus creadores de plagio. El estudio ganó el juicio y la película fue retirada de los cines estadounidenses poco después de su limitado estreno. Nunca ha sido comercializada legalmente en los Estados Unidos ni se ha emitido por televisión en dicho país. Hoy día está considerada toda una rareza y se ha convertido en una película de culto.

 

 

 

Título Original: L’ultimo squalo | Género: Terror | Nacionalidad: Italia / USA | Director: Enzo G. Castellari | Actores: James Franciscus, Vic Morrow, Micaela Pignatelli | Productor: Maurizio Amati, Edward L. Montoro, Ugo Tucci | Guión: Ramón Bravo, Vincenzo Mannino, Marc Princi, Ugo Tucci | Fotografía: Alberto Spagnoli | Música: Guido De Angelis, Maurizio De Angelis | Montaje: Gianfranco Amicucci

 

Sinopsis: En una población playera norteamericana se va a celebrar una competición de windsurf. Los incautos participantes no saben que por la zona ha aparecido un temible tiburón blanco ansioso de carne humana.

 

 

 

Fecha de estreno: 2 de abril de 1981 (Italia)
Presupuesto:
Recaudación primer fin de semana USA:
Recaudación total USA:
Recaudación total mundial:
Compañías: Film Ventures International (FVI), Horizon Film, Last Shark
Duración: 88 min.
Mezcla de sonido: Mono
Color: Color (Eastmancolor)
Relación de aspecto: 1.85:1

Último visionado: 12/07/2019