Colossal (2016)

 

No seas pelele; te están disparando misiles.

Gloria (Anne Hathaway) es una chavala que anda (muy) despistada por la vida, como la mayor parte de la peña. La moza suple sus carencias emocionales con los consabidos sucedáneos, aunque algunas veces se pasa un poco con el alpiste. De vuelta a su pueblo natal, después de que su novio guaperas la abandone, retoma el contacto con un viejo amigo de la infancia, Oscar (Jason Sudeikis). Él regenta un bar, ella empieza a trabajar de camarera… El arquetipo de comedia romántica indie llega hasta aquí, porque Nacho Vigalondo le mete un meneo guapo a los pilares del género, introduciendo en la narración un elemento de una peculiaridad colosal: cada vez que Gloria se pilla un pedal y amanece resacosa en los aledaños de un parque infantil, una gigantesca y monstruosa criatura aparece en las calles de Seúl. La conexión entre chica y bicho es una contundente premisa (los planteamientos memorables ya son marca de la casa) que fusiona con absoluta naturalidad los ingredientes propios de un blockbuster fantástico, ciertos guiños dramáticos, el extravagante sentido del humor de Vigalondo y un evidente coqueteo con el cine mumblecore. Mazazos sentimentales, catástrofes digitales en la era de la información, conversaciones de taberna con un par de cervezas de más y una vergonzosa disculpa borbónica (“lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”)… es una mezcla potente. La primera hora de metraje se alza enérgica sobre una cimentación que en otras manos habría resultado demencial.

Esta es tu vida, tiene un contundente arsenal a su disposición y pega duro. “Colossal” nos abofetea con fuerza y demuestra que muchos de nosotros sólo somos niños inmaduros, incapaces de mantener relaciones normales y sanas con nuestros semejantes. Convertidos en ‬kaiju‪s indolentes, que pisotean a los demás sin atender a las consecuencias, acabamos sucumbiendo a miedos y traumas que trasformamos en armas arrojadizas; algunos incluso se topan (en violenta colisión) con ‬jaegers trastornados, para intoxicar aún más el periplo de todos. Las relaciones personales generan monstruos, no cabe duda. Aquel que en principio te hacía carantoñas y gracietas, puede llegar a transformarse en un ser miserable, celoso y posesivo, definido por la mezquindad. Aunque esta propuesta funciona como nutritiva e irónica reflexión acerca de la toxicidad de ciertas relaciones, la inoperancia de algunas y la imposibilidad de otras, el símil que propone el film puede resultar demasiado evidente. Quizá por esto, la cinta trata de ir más allá de su planteamiento inicial, ensombreciendo y empedrando la trama, dejando de lado la ocurrencia y la frescura que definen su primera mitad, para dar paso a una segunda parte mucho más cruda y algo más torpe. Esta dualidad viene a explicar cómo es posible que una película tan locuaz a la hora de exponer sus intenciones, no revele el destino último de la historia hasta alcanzar su sorpresivo desenlace final. “Colossal” es tan fecunda y extraña como las «conexiones humanas» sobre las que teoriza, y de su vibrante originalidad extraemos valiosos apuntes, incluso lecciones; hay mucha sustancia a la sombra de la mole.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(11-07-2017)

 

• Lo mejor: Los estudios Töhö desenmascarando la masculinidad venenosa de ciertos sujetos.
• Lo peor: No abrazar su inusual planteamiento.

 

 

 

Título Original: Colossal | Género: Acción / Comedia / Drama / Ciencia Ficción | Nacionalidad: Canadá / USA / España / Corea del Sur | Director: Nacho Vigalondo | Actores: Anne Hathaway, Jason Sudeikis, Austin Stowell | Productor: Zev Foreman, Nahikari Ipiña, Russell Levine | Guión: Nacho Vigalondo | Fotografía: Eric Kress | Música: Bear McCreary | Montaje: Ben Baudhuin, Luke Doolan

 

Sinopsis: Después de que su novio la abandone y de perder su trabajo, Gloria (Anne Hathaway) decide dejar Nueva York y volver al lugar donde pasó su infancia, una pequeña ciudad alejada del mundanal ruido de Manhattan. Gracias a su reencuentro con Oscar (Jason Sudeikis), antiguo amigo de adolescencia, la joven conseguirá retomar su vida. Mientras, las noticias informan de que un gigantesco monstruo está destruyendo la ciudad de Seúl y causando numerosas bajas en la población. Será entonces cuando Gloria descubra, sorprendida, que su mente está conectada, de forma sobrenatural, con la de esta colosal criatura, por lo que deberá poner sus ideas en orden si no quiere seguir siendo una amenaza para la humanidad.

 

 

 

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