Heat (1995)

 

En la ciudad, de noche.

Heat” es mucho más que un espectacular atraco y un tiroteo filmado con la excelsa pericia de la que es capaz Michael Mann; es esta una obviedad que es necesario recalcar. Es cierto que la película ha pasado a la historia por esa escena maravillosa, perdurando en el imaginario colectivo gracias a ella, pero esta cinta consigue alzarse por encima del atronador sonido de las armas automáticas retumbando en las calles de Los Ángeles. Mann establece las bases de un thriller de policías y ladrones con un primer golpe (el asalto al furgón blindado) que da inicio a una investigación en la que el teniente Vincent Hanna (Al Pacino) va tras la pista de Neil McCauley (Robert De Niro) y su banda. Lo que en principio parece un film policíaco-criminal de manual, pronto describe una trayectoria diferente. Pacino y De Niro se encargan se construir dos personajes repletos de matices. El primero es un temperamental madero obsesionado con su trabajo, un tipo que se pasa las noches persiguiendo maleantes y colecciona divorcios; el segundo es un frío y metódico ladrón que antepone su vida profesional a cualquier tipo de relación personal. De sus tribulaciones surge una curiosa conexión entre ambos, un vínculo que articula la segunda mitad de la película y nos ofrece dos momentos exquisitos: la conversación en la cafetería y el epílogo en el aeropuerto. “Un tipo me dijo una vez: no admitas nada en tu vida que no puedas dejar en treinta segundos si la pasma te pisa los talones”. La necesidad de perseguir y las ansias de huir; esta es la curiosa simbiosis de la que participan un par de sujetos que no saben hacer nada más que su trabajo.

Más allá de la pareja de protagonistas, se extiende un reparto coral abrumador (William Fichtner, Dani Trejo, Hank Azaria, Kevin Gage, Tom Sizemore, Jon Voight, Diane Venora, Natalie Portman, Amy Brenneman, Ashley Judd y Val Kilmer). La otra gran presencia de la película es la ciudad de Los Ángeles, sublimada por una fotografía cautivadora (Dante Spinotti lo borda) y una banda sonora soberbia, de esas que erizan el vello, con Elliot Godenthal construyendo un precioso repertorio que se ve engrandecido con las aportaciones de Michael Brook, Brian Eno, Eric Clapton, Moby y Lisa Gerrard. Algunas secuencias y temas musicales son hipnóticos. Subtramas, recovecos, apuntes y detalles se van desplegando con maestría a lo largo de más de tres horas de duración, tiempo suficiente para que acabemos comprendiendo las motivaciones de cada personaje, sus anhelos, su sufrimiento… Amor, egoísmo, duda, lealtad, miedo y tradición para definir a unos seres atrapados en una espiral de destrucción. Las decisiones que conducen sus vidas son difíciles y complejas, aunque se ejecutan con extrema sencillez: Neil conduce su coche por la autopista, gira el volante y toma una salida… Es una escena descriptiva y profunda como pocas. Y la soledad, siempre la soledad como telón de fondo. “Heat” es una cerveza degustada en plena madrugada, mientras nos asomamos a la ventana para contemplar la quietud de la ciudad que duerme. Los silencios, los planos largos, los diálogos punzantes –repletos de esas frases que se graban a fuego–, todo alimenta una hermosa lírica de la violencia: poesía del calibre 5,56 para describir y condenar semejante sinrazón.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(30-12-2002)

 

• Lo mejor: Su visionado a altas horas de la madrugada.
• Lo peor: Recordarla sólo por la secuencia del atraco al banco.

 

 

Título Original: Heat | Género: Acción / Thriller / Drama | Nacionalidad: USA | Director: Michael Mann | Actores: Al Pacino, Robert De Niro, Val Kilmer | Productor: Art Linson, Michael Mann | Guión: Michael Mann | Fotografía: Dante Spinotti | Música: Michael Brook, Brian Eno, Elliot Goldenthal | Montaje: Pasquale Buba, William Goldenberg, Dov Hoenig, Tom Rolf

 

Sinopsis: Neil McCauley (Robert De Niro) es un experto ladrón. Su filosofía consiste en vivir sin ataduras ni vínculos que puedan constituir un obstáculo si las cosas se complican. Su banda la forman criminales profesionales tan cualificados que pueden incluso impresionar al detective Vincent Hanna (Al Pacino), un hombre que vive tan obsesionado con su trabajo que llega a poner en peligro su vida sentimental. Cuando la banda de McCauley prepara el golpe definitivo, y el equipo de Hannah se dispone a evitarlo, cada uno de ellos comprende que tiene que vérselas con la mente más brillante a la que se ha enfrentado en su carrera.

 

 

 

 

 

 

 

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