Assassin’s Creed (2016)

 

Salto de fe; bocata de suelo.

Adaptar un videojuego no es tarea sencilla. El lenguaje cinematográfico es otro rollo. La narración de una aventura digital tiene sus peculiaridades. Además, cuando se trata de sagas consolidadas y populares, hay que lidiar con un fandom compuesto por multitud de sujetos trasnochados y gilipollas, que pretenden la traslación del más mínimo pixel a la versión cinematográfica. Contentar a una turba de semejante calibre es harto complicado. La fidelidad absoluta es imposible. (In)Conscientes de este hecho, los encargados de estos menesteres –con el respaldo de la peña que toma las decisiones–, se inclinaron hace tiempo por una opción, convertida ahora en tendencia, que, cuando funciona, puede calificarse de ingeniosa. Me refiero al comodín de la historia alternativa. Es decir, la presentación de un personaje desconocido –aka conejo salido de una chistera– y una trama paralela a las líneas maestras del “lore” original; dos elementos capaces de suministrar, tanto a director como guionista, una dosis suficiente de cortada narrativa –esa que les permita esquivar la bala de crítica y público–. No suele salir bien. Sí, hablo de salpicaduras de sangre en la moqueta. Podría aburriros enumerando un montón de catástrofes previas que ejemplifican con claridad este punto, pero aún me estremezco al recordar ciertas ocurrencias. Trauma (muy) jodido.

Justin Kurzel se pasa a las cenagosas aguas del mainstream con la adaptación de “Assassin’s Creed”; franquicia multimillonaria, mimada por Ubisoft hasta alcanzar la náusea. Hay que alabar la osadía del australiano. Llegados a este punto se presentan ante mí ciertos interrogantes. ¿Ha jugado Kurzel a alguno de los juegos? No lo sé. ¿Acaso importa? Tengo mis dudas. ¿Sale bien parado de tan peculiar incursión? Escapa a trompicones y con matices. Todo en esta película es un gran claroscuro, y no hablo sólo de su definida tonalidad crepuscular y la peculiar estética de halo borroso que impregna toda la fotografía de la cinta. Su acercamiento a la trama original exuda una ligereza desconcertante. Se plante un conflicto entre Asesinos y Templarios. Los primeros son buenos, los segundos malos; en esta parte se evitan los tonos grises. La historia se nos plantea desde una nulidad alarmante. Se percibe más que relajo a la hora de abordar los orígenes de la disputa, el significado del Fruto del Edén –objeto convertido en mamonada mayúscula–, las intenciones últimas de Abstergo… Lo único que queda claro es la sintomatología de una propuesta que padece todas las dolencias de un capítulo fundacional de diseño acelerado y torpe, entregado a la insulsa exposición de datos inconexos y personajes planos (la compañera de Aguilar es el ejemplo más sangrante de esto).

Allí donde los juegos (algunos, al menos) hacen gala de un elaborado guión multicapa, con tendencia al embrollo, el giro inesperado y el chance sorpresivo, la película reduce el milenario conflicto entre estas dos organizaciones antagónicas, a una dicotomía bueno-malo que se torna ridícula, escasa y predecible. Imagino que la conexión con Altair o Ezio se la ha fumado alguien en un despacho del estudio; las revelaciones tras el Fruto del Edén, también. Así pues, tampoco me queda clara su vocación de fanservice, algo que no resultaría chocante de ningún modo. Por el contrario, “Assassin’s Creed” va soltando pequeñas migajas en forma de “tratamiento para erradicar la violencia”, apuntes sobre el libre albedrío y el fanatismo religioso… Elementos todos ellos cogidos por los pelos, que se antojan inoperantes a la hora de hilvanar una aventura con un mínimo de interés. Parece que han seguido el credo de los Asesinos al pie de la letra: “Nada es verdad, todo está permitido”. Sí, amigos de Hollywood, somos conscientes. Las escenas de acción, de coreografías espectaculares –sobre todo las secuencias de parkour– y la recreación (y reinterpretación) del Animus, aportan cierto músculo a este tinglado construido con la endeblez de un andamio de madera chunga.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(20-01-2017)

 

• Lo mejor: Cuando Fassbender se quita la camiseta.
• Lo peor: Que no se la quite nadie más.

 

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Título Original: Assassin’s Creed | Género: Acción / Aventuras / Fantástico | Nacionalidad: USA / Francia / Reino Unido / Hong Kong | Director: Justin Kurzel | Actores: Michael Fassbender, Marion Cotillard, Jeremy Irons | Productor: Jean-Julien Baronnet, Patrick Crowley, Michael Fassbender | Guión: Michael Lesslie, Adam Cooper, Bill Collage | Fotografía: Adam Arkapaw | Música: Jed Kurzel | Montaje: Christopher Tellefsen

 

Sinopsis: Gracias a una revolucionaria tecnología que desbloquea los recuerdos genéticos, Callum Lynch vive las aventuras de su ancestro, Aguilar, en la España del siglo XV. Callum descubre que es el descendiente de una misteriosa sociedad secreta, los Assassins, y que posee increíbles conocimientos y habilidades que le permitirán enfrentarse a la poderosa y opresora organización de los Templarios en el presente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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