Estamos Muertos… ¿O qué? (1988)

 

Compañeros hasta el final, y más allá.

Los ochenta eran una batidora que admitía todo tipo de ingredientes. Sólo así se explica la existencia de esta buddy movie de acción y comedia con zombies; un concepto tan absurdo que uno no puede más que entregarse a él sin ofrecer resistencia alguna. Arranca el film con dos policías horteras montados en un descapotable rojo, el sol de California y las chorradas típicas de las películas de amigotes. Roger Mortis (Treat Williams, coñita incluida con el nombre de su personaje) y Doug Bigelow (Joe Piscopo) acuden a la llamada del deber para tratar de impedir el robo de una joyería de Melrose Place. Cuando llegan al lugar, los dos atracadores se enfrascan en un espectacular tiroteo con la policía. Ambos tipos parecen no tener ningún aprecio por sus vidas, ya que se exponen sin precaución a la lluvia de balas. Tanto riesgo acaba por transformarse en una ensalada de plomo incrustada en sus pechos. Pero los pollos continúan con vida, empeñados en levantarse una y otra vez. Los agentes de la ley allí congregados no dan crédito. Entonces, Roger y Doug, que no están para hostias, deciden actuar con contundencia. El primero atropella y tritura a uno de los malhechores con un coche, mientras que el segundo utiliza una granada de mano para hacer picadillo al criminal restante. Misión cumplida, aunque hay algo (o mucho) que no cuadra.

Una visita al depósito de cadáveres revela que los dos asaltantes, además de cosidos a balazos, también presentan otro tipo de costuras: se trata de las señales de una autopsia previa. Resumiendo, los delincuentes ya eran fiambres antes de morir por segunda vez. La médico forense Rebecca Smythers (Clare Kirkconnell) encuentra un extraño producto químico dentro de ambos cuerpos. Esta pista conduce a la pareja de avispados polizontes hasta el único laboratorio de la ciudad que utiliza dicho producto en sus turbios experimentos. Durante sus pesquisas dentro de las instalaciones, ambos agentes son atacados por lo que a todas luces aparenta ser un zombie cabrón y nauseabundo. El detective Mortis muere asfixiado al quedarse encerrado en un cámara estanca, pero no será tarea fácil acabar con él de manera definitiva. La doctora Smythers acude al lugar y encuentra una máquina que parece diseñada para resucitar a los muertos. Roger está de enhorabuena. La máquina, en combinación con el fluido encontrado en los cuerpos de la morgue, le devuelve a la vida; durante doce horas al menos, antes de que la putrefacción acabe con su cuerpo. ¿Será tiempo suficiente para desmantelar la conspiración que está llenando las calles de Los Ángeles de muertos vivientes?

Un zombi con pistola y placa. La investigación –siempre desde el disparate de una comedia con sobredosis de humor negro y situaciones surrealistas– alcanza a Randi James (Lindsay Frost), una muchacha que trabaja para el laboratorio de zombificación y a Arthur P. Loudermilk (interpretado por el gran Vincent Price), que parece ser el inventor del fluido reanimador. Tampoco podemos olvidar la presencia de Darren McGavin, que se pone en la piel del peculiar doctor Ernest McNab. Cada nuevo indicio aumenta el grado de desvarío de la trama, cuyo cenit tiene lugar en un restaurante chino trasformado en zoológico zombi (sic). Dirige la función Mark Goldblatt (reputado montador y director de la segunda unidad de “Terminator”, “RoboCop”, “Depredador 2” y “Terminator 2: El Juicio Final”, entre otras), que un año después se pondría al frente de la adaptación de “The Punisher” con Dolph Lundgren. Aquí aporta su buen hacer en la realización, algo que agradecen sobre todo las escenas de acción de la cinta. Su “Dead Heat” es un título de difícil ubicación, una serie B que invita a pedir unas pizzas y a beber cerveza fría (sí, ya sé que me repito un poco); en definitiva, una fiesta divertida y absurda para una sesión de cine sin pretensiones más allá de la carcajada honesta y el despiporre cómplice.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(26-04-2006)

 

• Lo mejor: Es un disparate encantado de conocerse a sí mismo. La escena del restaurante chino.
• Lo peor: No seguirle el rollo.

 

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Título Original: Dead Heat | Género: Acción / Comedia / Terror / Ciencia Ficción | Nacionalidad: USA | Director: Mark Goldblatt | Actores: Treat Williams, Joe Piscopo, Lindsay Frost | Productor: David Helpern, Michael T. Meltzer | Guión: Terry Black | Fotografía: Robert D. Yeoman | Música: Ernest Troost | Montaje: Harvey Rosenstock

 

Sinopsis: Roger Mortis (Treat Williams) y Doug Bigelow (Joe Piscopo) son una pareja de policías un poco atípica. En un mundo dominado por delincuentes zombificados, el dúo protagonista trabaja por mantener las calles limpias de todo mal. Las cosas se complican cuando Mortis es asesinado y tiene la oportunidad de convertirse en un zombi. Deberá aprovechar el tiempo que le queda para dar con quienes terminaron con su vida y hacer que la justicia prevalezca.

 

 

 

 

 

 

 

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