Los Amos de la Noche (The Warriors) (1979)

 

Malas calles.

La ciudad de Nueva York es un polvorín. Los Warriors, una banda callejera de Coney Island, toman el metro en plena noche rumbo al barrio del Bronx. Están convocados, como otros cientos de pandillas de toda la metrópoli, a un cónclave sin precedentes que reunirá a un auténtico ejército de la noche. Cyrus, el líder del grupo más poderoso de la ciudad, es el artífice de semejante reunión. Su idea es sencilla: formalizar una tregua que una a todos los miembros de las bandas urbanas bajo un sólo mando. Más de 100.000 integrantes serían un rival imbatible para el cuerpo de policía de Nueva York, que apenas cuenta con 60.000 agentes en sus calles. La ciudad caería a los pies de una horda colosal. Todos los allí reunidos acogen la idea con júbilo, vitorean a Cyrus y claman por su liderato. Entonces, en medio del alboroto, alguien dispara contra él. Su asesinato desata el caos en el lugar, justo cuando una fuerza de policía carga por sorpresa contra la multitud. Los Warriors son acusados injustamente del crimen. Ahora, en mitad de la noche neoyorquina, deben enfrentarse a todas las bandas de la ciudad y al cuerpo de policía si quieren volver de una pieza a su territorio. El regreso al hogar será un auténtico infierno. Coney Island está muy lejos…

Tras la estupenda “Driver” (1978), llega “The Warriors”. Walter Hill se puso manos a la obra para adaptar la novela homónima de Sol Yurick publicada en 1965. Junto a David Shaber confeccionó un guión conciso, sin florituras; un texto que va al grano una vez planteado el conflicto. Los Warriors lo tienen crudo. Esta es la narración de su huida (una vuelta a casa en verdad) a través de Manhattan, por los recovecos de la subcultura de guerrillas que acoge la ciudad que nunca duerme. Los bajos fondos de Nueva York se transforman en una auténtica jungla urbana donde los nueve pandilleros encaran el formidable reto de seguir con vida –es una jauría de salvajes quien desea acabar con ellos de la forma que sea–. El telón de fondo lo constituye una aglomeración urbana nocturna sin parangón, que Andrew Laszlo fotografía con maestría. Encontramos algo del “Asalto a la Comisaría del Distrito 13” (1976) de John Carpenter en el tono y la puesta en escena de esta propuesta. Aquel acercamiento al estamento criminal de Los Ángeles, paradigma de la violencia cruda y sin sentido que surge de un acto puntual, es claro referente para el film que nos ocupa. Sobrevivir a un cholo es muy jodido; Walter Hill aumenta la apuesta.

Son varios los enfrentamientos a lo largo de la película. Spoilers leves. Cada uno contra una banda diferente, de indumentaria y estética muy definidas. Los protagonistas, obligados a funcionar como una unidad cohesionada, toman conciencia de su debilidad individual: quedarse sólo en la ciudad es una condena a muerte. Hill repetiría esta fórmula un par de años más tarde en la también formidable “La Presa” (1981). Del llamativo reparto cabe destacar la rotunda presencia de Michael Beck (Swan), la mezquindad inimitable de David Patrick Kelly (Luther) y la hipnótica belleza de Deborah Van Valkenburgh (Mercy). El resto de la tribu cumple en papeles algo estereotipados. La persecución incansable a la que son sometidos estos tíos, que paladean el sabor de la peor suerte del mundo, imprime un ritmo frenético a una narración que apenas nos permite unos minutos de respiro de vez en cuando. Entre navajas, bates de béisbol y cadenas, a través de estaciones y vagones de metro, vamos avanzando por el asfalto y las aceras, hasta alcanzar el objetivo final: volver a ver las luces parpadeantes de la Wonder Wheel.

El destino es el amanecer. Exhaustos, llegamos a casa, a la orilla del mar. Tras nosotros una noche inolvidable; una obra indispensable. En el anecdotario quedan algunas de las intenciones primigenias de su director, que pretendió a Orson Welles como narrador de la película y llegó a ofrecer uno de los papeles a Robert De Niro (en concreto el de Cowboy, interpretado finalmente por Tom McKitterick). Tras esta cinta, Walter Hill se labró una merecida reputación como competente director de cine de acción durante los años ochenta y principios de los noventa (“Límite: 48 Horas”, “Danko: Calor Rojo”, entre otras), pero nunca está de más recordar que una de sus mejores películas la dirigió en los albores de su prometedora carrera. «The Warriors” o «Los Amos de la Noche” –me encanta la traducción española–, ha alcanzado por derecho propio la categoría de título de culto y es todo un referente entre los seguidores de la serie B de acción (que se lo digan a Enzo G. Castellari, responsable de “1990: Los Guerreros del Bronx” y su secuela, “Fuga del Bronx”, por ejemplo). El propio Carpenter esbozaría algún que otro guiño a este film en su portentosa “1997: Rescate en Nueva York” (1981). Como diría Winston Zeddemore: ¡Nueva York, qué ciudad!

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(24-10-2005)

 

• Lo mejor: Es una de esas “noches de tu vida”.
• Lo peor: A David Patrick Kelly le caen pocas hostias (que nosotros veamos, al menos).

 

¿Sabías que…? Existe un montaje del director (sin metraje añadido) que incluye una introducción en formato cómic sobre la batalla de Cunaxa, que tuvo lugar el 3 de septiembre del 401 a. C. en Cunaxa, aldea situada a unos 70 km al norte de Babilonia, entre los ejércitos del rey persa Artajerjes II y los de su hermano menor, el príncipe Ciro el Joven. Ciro reunió (contrató) a un gran número de tropas, entre las que destacaban por encima de todas las formadas por los mercenarios griegos, hoplitas y peltastas, que pasarían a la historia con el nombre de Los Diez Mil.

El narrador indica lo siguiente: “Over two milleniums ago, an army of Greek soldiers found themselves isolated in the middle of the Persian Empire. One thousand miles from safety. One thousand miles from the sea. One thousand miles with enemies on all sides. Theirs was a story of a desperate forced march. Theirs was a story of courage”. “This too is a story of courage”. “Sometime in the future…” Tras este inserto, hay una serie de transformaciones puntuales de la imagen fotográfica al estilo cómic y de nuevo a la fotográfica. Son varias a lo largo de la película. Esta versión dura apenas 76 segundos más que la estrenada en cines.

 

 

Título Original: The Warriors | Género: Drama / Acción | Nacionalidad: USA | Director: Walter Hill | Actores: Michael Beck, James Remar, Dorsey Wright | Productor: Lawrence Gordon | Guión: Sol Yurick, Walter Hill, David Shaber | Fotografía: Andrew Laszlo | Música: Barry De Vorzon, Vini Poncia, Joe Walsh | Montaje: Freeman A. Davies, David Holden, Susan E. Morse, Billy Weber

 

Sinopsis: Una batalla de proporciones gigantescas va a tener lugar en los bajos fondos de la ciudad de Nueva York. Los ejércitos de la noche, con más de 100.000 integrantes, superan a la policía en 5 a 1; y ahora van contra los Warriors, una banda callejera a la que culpan injustamente del asesinato del líder de un grupo rival. Esta historia contemporánea de acción y aventuras está ambientada en la noche, en un mundo insólito de subculturas de guerrillas entre bandas que se mueven de Coney Island a Manhattan, pasando por el Bronx. Los miembros de los Warriors luchan por sus vidas, intentan sobrevivir en la jungla urbana y aprenden el significado de la lealtad. Esta intensa y estilizada película es, además, un gran hallazgo por su extraordinaria fotografía, realizada por Andrew Laszlo.

 

 

 

 

 

 

 

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