Rambo: Acorralado II (1985)

Publicado por La Sala Oscura el 25/12/2017 en Cine | 0 comentarios

De vuelta al infierno.

El éxito de “Acorralado” sacó a John Rambo de la cárcel, embarcándole en una peligrosa misión para rescatar a los soldados norteamericanos desaparecidos en combate durante la guerra de Vietnam. La taquilla le dio la oportunidad a Sylvester Stallone (y a James Cameron, coautor del guión junto a Sly) de potenciar todas las habilidades bélicas de su personaje, gracias a una aventura que coloca al héroe yanqui justo en medio de su hábitat natural: una mortífera jungla plagada de enemigos (muy malos y muy comunistas). No es difícil imaginar al fascistoide Ronald Reagan disfrutando de su visionado en el cine privado de la Casa Blanca –en sesión doble con los “Desaparecido en Combate” de la infame Cannon–. Hollywood intentaba ganar aquella vergonzosa guerra en la pantalla grande y el público estadounidense respondió a tan burda propuesta.

A su llegada al sureste asiático, Rambo recibe instrucciones muy concretas: sólo ha de reconocer y fotografiar el terreno. Sus superiores limitan la actuación del veterano a la de mero observador. La situación cambia cuando Johnny se topa con un campo de prisioneros repleto de M.I.A’s estadounidenses en muy malas condiciones. Ante la negativa del alto mando, que se opone a cualquier tipo de operación de rescate, Rambo decide tomar el control de la verbena y asaltar en solitario el campamento. “¡Murdock! Quedan hombres allí, búsquelos, ¡o le buscaré yo a usted!”, le espeta Rambo a su superior en una escena memorable. Pero las cosas se tuercen y es capturado por un grupo de vietnamitas que colaboran con unos malvados rusos (alianza comunista, que para algo estamos en plena Guerra Fría). Es entonces cuando comienza la mejor parte de la película. Tras ser torturado –en un somier electrificado; otra escena para el recuerdo–, Rambo da rienda suelta a su repertorio de artes bélicas… “¿Murdock?… ¡MURDOCK! Juro que le mataré”.

“Para sobrevivir a la guerra, hay que convertirse en guerra”, y así lo hace. Explosiones, tiroteos, violencia a raudales y la impagable escena de la persecución en helicóptero (con el imponente Mil Mi-24, el “tanque volador” soviético) completan una de las mejores películas de acción de los ochenta. La cinta intenta abrazar cierto tono catártico y reparador de las heridas causadas por la guerra de Vietnam, en un momento en el que los Estados Unidos estaban jugando la partida por la supremacía mundial contra el bloque soviético. George P. Cosmatos (“El Puente de Cassandra”, “Cobra”, “Tombstone. La leyenda de Wyatt Earp”) dirige un carrusel bélico lleno de escenas espectaculares y frases para el recuerdo: “A lo que usted llama infierno, él lo llama hogar” (espléndido Richard Crenna, de nuevo interpretando a Trautman). El tufillo patriótico y fascista aleja esta segunda entrega de la mucho más comedida y reflexiva “Acorralado”. “Rambo II” le prende fuego al tono crítico de su predecesora y plantea un festival pirotécnico que, por fortuna, consigue socavar las intenciones ideológicas de una soflama política enervante.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(22-02-2004)

• Lo mejor: El cuchillo, el arco y las flechas. La banda sonora de Jerry Goldsmith.
• Lo peor: Tomarla en serio.

¿Sabías que…? En una escena de la película, Rambo le explica a Co Bao el significado de la palabra prescindible (“expendable” en inglés): “Es como si alguien te invita a una fiesta, tú no apareces y a nadie le importa”. En ese término basa Stallone el título de su película “Los Mercenarios” (The Expendables).

La película se sitúa en la misma línea de otros títulos representativos de la “era Reagan” (no obstante, era uno de los films preferidos del presidente norteamericano). “Amanecer Rojo” (1984), “Desaparecido en Combate” (1984), “Commando” (1985), “Invasión USA” (1985), “Desaparecido en Combate 2” (1985) o “Top Gun” (1986) forman parte de la lista. Stallone haría un puñado más en este sentido: “Rocky IV” (1985), “Cobra” (1986) y, por supuesto, “Rambo III” (1988).

Jerry Goldsmith compuso una gran banda sonora para la película. Su tema principal se hizo tan popular que la Carolco, productora de la cinta, lo usó para acompañar su logo en los siguientes estrenos.

Sinopsis: Rambo es excarcelado y enviado de vuelta al Vietnam del presente. Su misión: averiguar el paradero de MIAs norteamericanos. El plan: salto en paracaídas en una agreste jungla. Portador únicamente de un cuchillo serrado y un arco con flechas, se le dice que no ataque al enemigo y que sólo haga fotografías de reconocimiento. Traicionado por sus propios compañeros, Rambo lucha contra fuerzas abrumadoras y jura vengarse de aquellos que hicieron de él un enemigo. Ningún hombre, ninguna Ley, ninguna guerra, pueden detenerle.