Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón (2016)

Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón (2016)

 

Aventuras de un ladrón.

Menuda fiesta de despedida le ha preparado Naughty Dog a uno de los buques insignia del estudio: el explorador y ladrón de tesoros Nathan Drake. Tras tres títulos imprescindibles en PlayStation 3, la saga “Uncharted” se estrena en la máquina de nueva generación de Sony desplegando un apartado técnico impresionante, cautivador desde el primer minuto, con una incansable capacidad para asombrarnos con los continuos cambios de escenario y los inesperados matices de la historia. Arranca la trama cuatro años después de los acontecimientos narrados en “Uncharted 3: La Traición de Drake”. Nathan se ha retirado de la peligrosa vida que llevaba como saqueador de reliquias y aventurero extremo. Ahora trabaja en una empresa de salvamento marítimo y pasa las noches en casa junto a su mujer, la otrora intrépida Elena Fisher. Pero claro, no nos íbamos a despedir de Nate chocando nuestra cerveza con la suya, mientras nuestro culo se acomoda en el sofá de su salón. Esto es “Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón”, quizá la aventura más colosal que podemos encontrar a día de hoy para la PlayStation 4.

El juego nos traslada en un principio a la infancia de Nathan (cuidado, que de seguro se me escapa algún spoiler), cuando este vivía en un orfanato católico. El joven Nathan está castigado en su habitación, después de pegarse con otro muchacho del colegio. Entonces aparece su hermano mayor, Samuel, que le invita a salir del edificio. Nuestras primeras peripecias por los tejados de la institución educativa servirán de ameno tutorial a la hora de familiarizarnos con los controles. Tras esta introducción, una elipsis temporal nos conduce hasta una cárcel de Panamá. Allí cumplen condena Nate y Sam, junto a Rafe Adler, un excéntrico multimillonario adicto a las antigüedades. En realidad, los tres se han infiltrado voluntariamente en la penitenciaría para ir tras la pista de un tal Joseph Burnes; pirata que fue colgado por los españoles siglos atrás en la antigua cárcel, famoso además por ser el primer oficial de Henry Avery, aventurero, pirata y propietario de un legendario y fastuoso tesoro –tal vez el tesoro pirata más deslumbrante de la historia–. Gracias a Vargas, un funcionario corrupto, el equipo encuentra la cruz de San Dimas, la clave para localizar todas las riquezas de Avery. Durante la huida de la prisión, Sam cae herido y muere a manos de los guardias. Nathan toma la difícil decisión de dejar atrás a su hermano, y la aventura para encontrar la madre de todos los tesoros se desvanece en la bruma panameña.

Quince años después retomamos a Nathan en plena vida hogareña, con sus partiditas a la Play (bonito guiño al “Crash Bandicoot”) y las cenas junto a su querida Elena. Nos damos un pequeño y nostálgico recorrido a través de las anteriores entregas, recordando viejas historias gracias a los recuerdos y artilugios que Nate guarda en su desván. Todo transcurre bajo el reconfortante abrazo de lo cotidiano, hasta que una noche Nathan recibe una inesperada visita en su oficina. Es Sam, retornado de una muerte que no fue tal. Revivimos de nuevo la huida de la cárcel. Sam sobrevivió a las balas y la caída, quedando confinado durante los siguientes tres lustros en el sórdido penal panameño. Allí coincidió en la misma celda con un señor de la droga llamado Héctor Alcázar; Sam se pasó largas veladas alimentando la codiciosa mente del narcotraficante con las montañas de oro y rubíes del tesoro de Avery. Al preparar Alcázar una espectacular fuga, le da a Sam la oportunidad de volver a ser libre, pero su decisión le saldrá cara: Alcázar reclama el tesoro de Avery a cambio de la vida de Sam.

La trama discurre de manera sencilla, un poco plana incluso, sin rebuscados giros ni planteamientos extraños. Por un hermano, lo que sea. Y así nos embarcamos rumbo a Italia, a la Hacienda Rossi, para reunirnos con nuestro gran amigo y colaborador habitual Victor Sullivan. Allí será subastada otra cruz de San Dimas. En la elegante villa entra en escena Nadine Ross, directora de una red de mercenarios llamada Shoreline y socia de Rafe Adler, más obsesionado que nunca con el terroso de Avery. La primera pista nos traslada a Escocia, a unas catacumbas heladas, de allí a Madagascar, a las sabanas terrosas de la isla africana. De las laderas de un volcán inactivo a la Bahía del Rey, atravesando doce antiguas torres repletas de información. Es entonces cuando el grupo descubre que Henry Avery, Thomas Tew y otros diez grandes piratas, almacenaron todos sus botines en un sólo lugar: la mítica Libertalia, una colonia pirata de la cual Avery y los demás capitanes parecen ser los dueños y fundadores.

Encontrar una isla en el océano. Pero antes volvemos otra vez al pasado. Nathan y su hermano se dirigen a buscar las pertenencias de su madre a una casa abandonada. Allí encuentran su diario junto a otros artilugios y se sorprenden con una inesperada revelación: su madre era una gran historiadora y creía que Francis Drake tenía herederos. Es entonces cuando ambos muchachos asumen el apellido por el que serán conocidos en el futuro. Al timón de un pequeño barco, los dos hermanos siguen la pista de Libertalia, pero son abordados por los bien equipados miembros de Shoreline. Ambos naufragan en las costas de una gran isla. A través de resbaladizos acantilados, espesas junglas y caudalosos ríos se abrirán paso hasta la ciudad pirata: Libertalia existe, pero la utopía es ahora un amasijo de ruinas invadidas por la vegetación. ¿Cómo pudo despedazarse de manera tan violenta aquel espléndido sueño? La explicación a la traición de los fundadores y la devastadora guerra civil de Libertalia se sitúa en Nueva Devon. La aventura finaliza bajo la montaña más alta de la isla; allí reposa, al más puro estilo de “Los Goonies”, el barco de Avery, junto con su magnífico e ilícito tesoro. Ah, el epílogo amigos, el epílogo es para abrazar fuerte a todo el equipo de Naughty Dog. Menuda manera de rematar una saga. Bravo.

Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón”, menuda aventura. Visualmente es la propuesta más atractiva de esta nueva generación de consolas, sin duda alguna. Estamos ante un alarde técnico mayúsculo. Escenarios llenos de detalles, la iluminación, las partículas, el barro, el agua, el pelo y los rasgos faciales de los protagonistas, sus movimientos, la suciedad en su ropa… La experiencia es abrumadora. Para quedarse con la boca abierta en no pocas ocasiones, literalmente. Podría citar un puñado de momentos realmente impactantes, pero me quedaré con la llegada a Madagascar (el viaje en jeep es de escándalo) y la persecución en Bahía del Rey, una secuencia de acción que demanda exclamar aquello de “venga, ¿y qué más?” El ritmo va de lo frenético a lo pausado, pero nunca decae del todo, a pesar de algún episodio un poquito lento. La transición entre escenas es in-game, así que no tendremos sensación de desconexión en ningún momento. El juego corre a unos estables 30 FPS a 1080p (el multijugador lo hace a 60 FPS). La estupenda banda sonora, que aparece en momentos puntuales de manera muy acertada, engrandece aún más la propuesta.

Estamos ante el juego más redondo de Naughty Dog. No diré el mejor, porque hablando de una compañía que ha creado aventuras como “The Last of Us” o “Uncharted 2: El Reino de los Ladrones”, la elección se hace casi imposible. La jugabilidad desbordada, amarrada a una narrativa sólida, sencilla y brillante, nos da la sensación de estar inmersos en la aventura desde el primer minuto. Se trata de una experiencia realmente interactiva, donde el jugador siempre está haciendo cosas. Tiroteos, sigilo y plataformas en unos escenarios de una envergadura sobrecogedora. “Uncharted 4” rinde a un nivel sobresaliente en todo momento, desde las profundidades marinas, las heladas costas escocesas y los embarrados caminos africanos, hasta llegar a las selvas de Libertalia; punto álgido de un viaje que es pura diversión y espectáculo. Referente absoluto dentro del género, de la consola de Sony y del mundo de los videojuegos en general. ¡Hasta siempre, Nate!

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(23-05-2016)

 

• Lo mejor: Estamos ante la mayor aventura que se puede experimentar en PlayStation 4 a día de hoy.
• Lo peor: Ese epílogo, quizá demasiado azucarado.

 

Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón (2016)

 

Título Original: Uncharted 4: A Thief’s End | Género: Acción / Aventuras | Nacionalidad: USA | Director: Neil Druckmann, Bruce Straley | Actores: Nolan North, Troy Baker, Richard McGonagle | Productor: William V. Ullman | Guión: Neil Druckmann, Josh Scherr | Música: Henry Jackman | Plataforma: PlayStation4 | Desarrollador: Naughty Dog

 

Sinopsis: De vuelta a la acción. Tres años después de los hechos acaecidos en “Uncharted 3: La Traición de Drake”, Nathan Drake ha dejado atrás la búsqueda de tesoros. Sin embargo, el destino no tarda en llamar a su puerta cuando su hermano Sam reaparece pidiéndole ayuda para salvar su vida, además de ofrecerle participar en una aventura ante la que Nathan no puede resistirse. Los dos parten a la caza del tesoro perdido del capitán Henry Avery y en busca de Libertalia, el utópico refugio pirata que se halla en lo más profundo de los bosques de Madagascar. “Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón” embarca al jugador en un viaje alrededor del globo por islas selváticas, grandes ciudades y nevados picos montañosos en busca del tesoro de Avery.

 

 

 

 

 

 

 

 

Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón (2016)

 

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