El Final de Todo (2018)

 

Nos vamos a la mierda.

Theo James interpreta a un joven abogado que viaja a Chicago por negocios. Una vez allí, aprovecha para visitar a sus futuros suegros. Forest Whitaker es un militar retirado, padre de la novia de Theo y un cabronazo de categoría. Después de una tensa cena, Theo se retira a su hotel con ganas de partirle los morros al paisano. A la mañana siguiente, todos se despiertan conmocionados por las noticias que llegan desde la costa oeste. Una misteriosa catástrofe afecta a toda la zona del Pacífico. Parece que algo muy grave ha ocurrido en ciudades como Los Ángeles y Seattle. Precisamente en esta última vive la muchacha motivo de fricción entre los dos morlacos protagonistas. Cuando se va la electricidad y caen las comunicaciones, hasta el más zopenco se da cuenta de lo jodido de la situación. Con los aeropuertos cerrados, los dos pollos se suben a un coche y se lanzan a la carretera para atravesar el país sobre cuatro ruedas en busca de la moza, que además está embarazada. Aquí comienza a notarse el tono cacoso de la propuesta, porque las cosas se van por el váter demasiado rápido. Todo se precipita echando hostias, y en la primera gasolinera ya son asaltados por un par de palurdos con escopetas. Parece una estampa propia de la América de Trump, es cierto, pero habría sido más creíble esperar al menos 24 horas para ver cómo los yaquis se aniquilan unos a otros por el carburante. Quiero decir que yo no mataría a mis vecinos por un bidón de gasolina antes de una semana… Pero en los USA hay muchas armas y ganas de usarlas, así que igual es factible que se pongan en plan Far West a las primeras de cambio.

Se inicia entonces una monótona road movie, siempre con la sensación de que a los dos chamacos los van a ejecutar en cualquier cuneta mucho antes de salir del estado de Illinois. Su viaje recorre situaciones y lugares comunes al cine de catástrofes, todas ellas repetidas hasta la saciedad en innumerables películas. La cinta se transforma en un cliché sobre ruedas, con los típicos encuentros con vándalos y saqueadores, las decisiones chungas, la inoperante participación del ejército, la búsqueda de agua, comida y combustible… y el instinto de supervivencia entendido como exaltación de la ley del más fuerte. Will (Theo James) y Tom (Forest Whitaker) van superando obstáculos y sobreviviendo a refriegas. Mientras, el guión de Brooks McLaren juega la baza de la falta de información para mantener un suspense inane. Nunca llegamos a saber ni un poquito acerca de lo que está pasando, pero no pasa nada, porque los personajes, sus tribulaciones y objetivos, importan un carajo. El intento de drama es un yermo incompatible con cualquier atisbo de empatía. Sólo alguna imagen impactante, y ciertos fenómenos climatológicos chungos, sobresalen en esta bobería. La burla alcanza su clímax en un bosque a las afueras de Seattle. Allí tiene lugar un alucinante ejercicio de relleno que trata de justificar lastimeramente el último cuarto de hora del film. Es entonces cuando deseas que la cosa acabe con los supervivientes engullidos por el extraño cataclismo. Lo más aterrador de todo es que su director, David M. Rosenthal, está al frente del remake de “La Escalera de Jacob”. Cágate.

Manu Castro
@ManuCastroLSO
(17-07-2018)

 

• Lo mejor: El incendio forestal.
• Lo peor: La nulidad absoluta del conjunto.

 

 

Título Original: How It Ends | Género: Acción / Aventuras / Ciencia Ficción | Nacionalidad: Canadá / USA | Director: David M. Rosenthal | Actores: Theo James, Kat Graham, Nancy Sorel | Productor: Tai Duncan, Kelly McCormick, Patrick Newall | Guión: Brooks McLaren | Fotografía: Peter Flinckenberg | Música: Atli Örvarsson | Montaje: Jason Ballantine

 

Sinopsis: Una misteriosa catástrofe convierte el país en una zona de guerra y un joven abogado debe viajar con su futuro suegro en busca de su prometida, que está embarazada.

 

 

 

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